Plinio Soto Muerza
El plazo llegó y una nueva mayoría se instaló en el Congreso de la Unión, con el mandato popular de llevar cabo las transformaciones que requiere México. Desde el 1 de septiembre, los diputados y senadores de morena tienen la alta responsabilidad de concretar las reformas necesarias para la edificación de lo que se ha llamado la Cuarta República.
La mayoría de morena se expresa hoy en una bancada de 251 diputados, la cual cuenta con el respaldo de los diputados del Partido Encuentro Social (PES), y del Partido del Trabajo (PT).
El resto del Congreso quedó conformado con 80 diputados del PAN, 47 del PRI, 28 de MC, 20 del PRD y 16 del PVEM. Desde el interior de estos partidos, ya se corren rumores de que algunos diputados quieren ponerse la camisa morenista en la discusión y aprobación de iniciativas que el mismo Andrés Manuel López Obrador proponga.
Quien conducirá los trabajos de la bancada morenista en la cámara baja será el diputado Mario Delgado, a quien se le recuerda como un hombre cercano al próximo canciller y ex jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard Casaubon. Su papel de líder parlamentario se pondrá a prueba cuando se tengan que discutir y aprobar las primeras iniciativas, como la prometida Ley de Austeridad Republicana donde se contemplen los salarios de los futuros servidores públicos.
La figura de Porfirio Muñoz Ledo, quien se desempeñara como Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, genera confianza y aliento a sus correligionarios. Muñoz Ledo es para muchos, una historia viva dentro del parlamentarismo mexicano. Fue él, actor protagónico en las jornadas históricas de 1988, donde su grito de “¡señor presidente!”, en medio de una aplastante mayoría priista, buscó interpelar por primera vez a un Presidente de la República.
Pero también Muñoz Ledo representa para otros, el voto útil contra la izquierda, por su apoyo a Vicente Fox, y no se ha olvidado su paso reciente por oficinas del gobierno perredista de la Ciudad de México, bajo control de Miguel Ángel Mancera, hoy coordinador de los Senadores del PRD, pese a llegar al Senado gracias a la lista plurinominal del PAN. En fin, observar a Porfirio Muñoz Ledo al frente de la Mesa Directiva de los Diputados, es una veta para el análisis del acontecer de la política y de los políticos en México.
En el caso del Senado de la República, morena también cuenta con una significativa mayoría, al sumar 55 senadores, que junto a sus aliados del PES (8) y PT (6), logran en conjunto 69 senadores de los 128 del total.
Por su parte, el PAN tiene hoy 23 senadores, el PRI 14, el PRD 8, el PVEM 6, MC 7 y 1 de lo que fuera Nueva Alianza. En total, el bloque opositor a morena, tendrá 59 senadores.
Morena ha depositado en la figura del senador Ricardo Monreal, la coordinación de su bancada en el Senado, mientras que ha llevado a Martín Batres, a presidir la Mesa Directiva de la Cámara Alta. Los dos senadores, cuentan con una vasta experiencia legislativa y sobradas credenciales para llevar a buen puerto los trabajos del grupo senatorial de morena. En ese sentido, se ha dado un paso necesario en el reconocimiento de sus grandes figuras con experiencia parlamentaria, situación que ojala se repita en los estados donde morena logró obtener mayorías en los Congresos locales, y se puedan repetir las historias de reconocimiento a la experiencia en la conducción de los trabajos legislativos. En Veracruz ojala morena pueda también brindar el reconocimiento a su mejores cuadros parlamentarios, y que se elijan como coordinador de su bancada a quien sin duda representa la mejor opción por su experiencia y conocimiento.
Las tareas de morena como nueva mayoría están a la vista. El sentido de responsabilidad política por ser la mayoría ha empezado a correr. Enfrente tienen el reto de constituirse como una mayoría responsable para evitar convertirse en la oficina de partes del gobernante en turno. Los diputados y Senadores conforman un poder del Estado, y deben de actuar en consecuencia.
Los ojos de millones de mexicanos están atentos a cada guiño que realicen. Con los instrumentos tecnológicos que hoy existen, las benditas redes sociales y todo lo que las rodea, la ciudadanía informada y participativa tiene también un papel que desempeñar junto a la nueva mayoría legislativa que México tiene hoy. En ese sentido no puede haber errores, ni escándalos ni actuaciones fuera de la ley. El escrutinio público será implacable, como ha empezado ya, con el bochornoso caso del otorgamiento de licencia como Senador a Manuel Velazco, para que habiendo torcido la ley, regrese a ocupar el puesto de Gobernador en Chiapas, y que sienta sin lugar a dudas, un pésimo antecedente.
En fin, si bien es cierto que para muchos ciudadanos la llamada cuarta transformación de la república es aún el buen deseo en la política, pero para otros, se construyen ya los cimientos para los cambios radicales y profundos que requiere y clama la sociedad entera. Cumplir con el mandato popular que se expresó en las urnas el pasado 1 de julio, no admite tibiezas. La mayoría política que hoy se expresa en el Congreso de la Unión, debe de estar a la altura de la historia.