Revelaciones
Margarito Escudero Luis
Carlos Romero Deschamps llegó por asalto a la cúpula del sindicato petrolero, traicionando a Joaquín Hernández Galicia, quien se había convertido en el amo absoluto de esa organización.
Las prácticas amañadas de los dirigentes sindicales, son su propio veneno, ellos mismos crearon el contrario que los destruye, que nace, crece y se desarrolla en el mismo seno del grupo dominante.
Sin embargo, tan arraigada está esa forma de mantenerse en el poder, que a muchos les parece normal, incluso a la mayoría de los trabajadores petroleros.
Una de las técnicas empleadas para mantener sometidos a los obreros, es infundir miedo, cultivan el temor a perder sus prestaciones, y hasta su base de “planta”.
Y en ese miedo, los trabajadores permiten el saqueo indiscriminado de la industria que les da de comer, que les ha permitido mantener un nivel de vida envidiable para el resto de los mexicanos.
El “petrolero way of life”, arrogante y alejado de la realidad nacional, los hizo creerse una casta divina a la que no les sucedería nada.
Así, el miedo a perder sus privilegios y permitir libre actuación a sus líderes, los ha llevado a una situación donde la industria petrolera deja de ser patrimonio de la nación, ni para el sindicato, ni para los trabajadores, ni para el gobierno. Ahora todo será para particulares,incluyendo extranjeros, políticos y el mismo Carlos Romero Deschamps.
Romero Deschamps sabe de lo apáticos y cobardes que son la mayoría de sus agremiados, de lo voraces y traicioneros que son sus colaboradores, de esa forma tienen los elementos necesarios para organizar una elección interna a modo, con una supuesta jornada democrática, donde habrá “voto secreto”.
Lo malo es que, antes de que el trabajador introduzca su sufragio a la urna, deberá mostrar su voto secreto a un funcionario sindical.
Algunos trabajadores organizados, opositores al cacicazgo de Romero Deschamps, confían es la nueva realidad política del país, esperan el apoyo del presidente electo para sacar a Deschamps del sindicato y que se les permita transformar su organización en una instancia democrática y evitar el brutal enriquecimiento de los dirigentes.
Pero no todo podrá hacerlo el nuevo gobierno. Necesariamente se requiere de la participación consciente de la base trabajadora y eso es algo a lo que no están acostumbrados los obreros petroleros.
Su tendencia a la apatía y a cuidar su pequeño coto de privilegios, a dejar hacer lo que quieran sus líderes, es probable que Romero Deschamps se salga con la suya, dejando en medio de su coraje a la minoría que desea un verdadero cambio sindical.
La participación individual es muy importante, esperemos que en este momento los trabajadores petroleros y en general todos los obreros sindicalizados de México, se den cuenta del error histórico que han cometido.
, de esa forma tienen los elementos necesarios para organizar una elección interna a modo, con una supuesta jornada democrática, donde habrá “voto secreto”.
Lo malo es que, antes de que el trabajador introduzca su sufragio a la urna, deberá mostrar su voto secreto a un funcionario sindical.
Algunos trabajadores organizados, opositores al cacicazgo de Romero Deschamps, confían es la nueva realidad política del país, esperan el apoyo del presidente electo para sacar a Deschamps del sindicato y que se les permita transformar su organización en una instancia democrática y evitar el brutal enriquecimiento de los dirigentes.
Pero no todo podrá hacerlo el nuevo gobierno. Necesariamente se requiere de la participación consciente de la base trabajadora y eso es algo a lo que no están acostumbrados los obreros petroleros.
Su tendencia a la apatía y a cuidar su pequeño coto de privilegios, a dejar hacer lo que quieran sus líderes, es probable que Romero Deschamps se salga con la suya, dejando en medio de su coraje a la minoría que desea un verdadero cambio sindical.
La participación individual es muy importante, esperemos que en este momento los trabajadores petroleros y en general todos los obreros sindicalizados de México, se den cuenta del error histórico que han cometido.