Margarito Escudero Luis*
Tremendo caos es que se les viene encima a las madres trabajadoras y a quienes se encargan de atender las llamadas Estancias Infantiles que subvenciona la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), donde miles de niños en todo el país reciben cuidados mientras sus mamás trabajan.
El programa no es un regalo del gobierno, es cubrir una necesidad de familias cuyos padres deben trabajar para mantener el hogar o, apoyar a madres solteras que deben dejar a sus hijos durante su jornada laboral.

El Programa de Estancias Infantiles nació para apoyar hogares con al menos una niña o un niño de entre 1 y hasta 3 años 11 meses de edad (un día antes de cumplir los 4 años), o entre 1 y hasta 5 años 11 meses de edad (un día antes de cumplir los 6 años) en casos de niños o niñas con alguna discapacidad.
Atiende a madres, padres solos, tutores o principales cuidadores que trabajan, buscan empleo o estudian, cuyo ingreso per cápita por hogar no rebasa la Línea de Bienestar (LB) y declaran que no tienen acceso a servicios de cuidado y atención infantil a través de instituciones públicas de seguridad social u otros medios.
El objetivo se venía cubriendo con normalidad, por lo menos había trabajo para educadoras y personal en dichas estancias, pero al concluir el sexenio y ante el inminente cambio de régimen, estas Estancias Infantiles están quedando en el abandono, ya que los encargados de su vigilancia y administración están dejando el cargo antes de que termine oficialmente.
Así, puede verse como algunas estancias están avisando a los padres que tendrán que pagar cuotas extras, ya que dejaron de recibir el apoyo oficial, o avisan que cerrarán sus puertas ante el abandono de los encargados.
Es necesario destacar que las Estancias, ante esta situación, ya no recibirán el subsidio que les corresponde, porque, alegan los  responsables, ya cambió el gobierno.
Se dice que estos funcionarios volaron con el recurso, y de paso se convirtieron en delincuentes al dejar abandonados a los niños y sus padres y madres.
En el programa se menciona claramente que el Gobierno de la República, “a través de la SEDESOL cubrirá el costo de los servicios de cuidado y atención infantil, este apoyo se entregará directamente a la persona responsable”.
¿Quién es el responsable?, pues quien atiende directamente a los niños, pero ya sabemos cómo se las gastan los funcionarios, siempre hay intermediarios.
En la reciente comparecencia del Secretario de Desarrollo Social de Veracruz, José Rodrigo Marín Franco, diputados de Morena le cuestionaron sobre este abandono de las Estancias Infantiles, a lo que el funcionario respondió que no son de su competencia, ya que corresponden al ámbito Federal.
Burócrata de alcurnia, pues no le importa el destino de los niños, ni la angustia de las madres que necesitan el servicio. No puede hacer nada porque es federal, pero se le olvida que es funcionario al servicio de los veracruzanos y que es su obligación moral hacer lo que esté a su alcance para resolver, en la medida de lo posible, este problema que otros funcionarios como él, provocaron.
Para este tipo de estancias infantiles, el Gobierno Federal, por conducto de la Sedesol debe cubrir el costo de los servicios de cuidado y atención infantil de la siguiente forma:
900 pesos mensuales por cada niña o niño de entre 1 a 3 años 11 meses de edad (un día antes de cumplir los 4 años), inscrita(o) en alguna Estancia Infantil afiliada al Programa que cuente con Autorización del Modelo, y 1,800 pesos mensuales por cada niña o niño de entre 1 a 5 años 11 meses de edad (un día antes de cumplir los 6 años) en los casos de niñas(os) con alguna discapacidad que cuente con certificado médico vigente, inscrita(o) en alguna Estancia Infantil afiliada al Programa que cuente con Autorización del Modelo.
Ese recurso ya no está llegando desde el pasado 15 de noviembre y no la recibirán más.
Se trata de una forma de venganza contra el pueblo de México que decidió zafarse de un gobierno corrupto, entonces los encargados de SEDESOL federal cerraron el changarro antes de tiempo y en el ámbito estatal, se lavan las manos alegando que no es de su competencia.
Luego se quejan porque les llaman corruptos.

Por STAFF