Ernesto Elizondo
Horas de terror y violencia se viven en Veracruz desde este viernes, cuando el CJNG tomó la carreteras del estado, provocando a la Fuerza Civil a una guerra en nuestro territorio
Cuando Enrique Peña Nieto cobraba como presidente de México, se inventó la llamada Gendarmería, en un intento por convencer a los mexicanos de que algo se estaba haciendo para combatir a la delincuencia y la inseguridad en el territorio nacional.
En ese tiempo, Veracruz estaba sometido a los caprichos de Javier Duarte de Ochoa y toda su pandilla, además la entidad jarocha manchada por la sangre de los descuartizados, con el dolor de familiares de desaparecidos, la angustia y la torturo de los secuestrados.
Los gritos de ayuda que la sociedad lanzaba al gobierno, llegaba a oídos sordos, entonces Peña Nieto decidió enviar un contingente de la Gendarmería a Veracruz para combatir ese terrible flagelo.
Pero Javier Duarte se opuso, nadie en el estado pudo explicar esa actitud del gobernante, era una salida federal contra el ataque delincuencial.
Para evitar que la Gendarmería entrara a Veracruz, Duarte inventó la llamada Fuerza Civil, creada para combatir la delincuencia y dar seguridad a los veracruzanos. Todo eso en el discurso oficial, porque nada se vio en los hechos, al contrario, la violencia se recrudeció, los secuestros, los descuartizados y desaparecidos se volvieron tema cotidiano, ante la desesperación de las víctimas.
Luego, durante el yunato, nada se hizo para modificar la estructura de la Fuerza Civil, todo siguió funcionando como en tiempos de Duarte y la sociedad siguió poniendo los muertos, secuestrados y desaparecidos, los comerciantes continuaron con ventas a la baja, hoteles sin ocupación, falta de empleo, en fin, continuaba el caos.
Siempre se dijo que el gobierno de Duarte estuvo infiltrado por el crimen organizado y que la Fuerza Civil era más bien el brazo armado oficial de los malosos.
Ahora, ya en los tiempos de la esperanza, la violencia se recrudece, al parecer la Fuerza Civil sigue intacta con el mismo estigma de antes y, de pronto comienza a ser atacada por el llamado Cartel JaliscoNueva Generación, que este viernes desató una ola de violencia en prácticamente todo el territorio veracruzano.
Tomaron carreteras, incendiaron vehículos y enfrentaron a miembros de la Fuerza Civil.
Amenazan de muerte en narco mantas, a titulares de la Secretaría de Seguridad y se desata una guerra entre ellos, pero aclaran que no se meterán con el ciudadano, que acabarán con secuestradores y asesinos de niños y mujeres.
Una guerra privada que se ejecuta en carreteras donde transitan miles de ciudadanos.
El terror en Veracruz sin que haya un control gubernamental, gobierno pasmado ante la sorpresa de los ataques del viernes durante todo el día y que amenaza con dejar un largo fin de semana lleno de sangre.
Las acciones en las carreteras son una franca provocación para que los integrantes de la Fuerza Civil salgan a enfrentar al CJNG, quienes se dicen listos para aniquilarlos y acabar con quienes se atraviesen.
Recordemos los terribles momentos violentos que se vivieron en Michoacán en tiempos de los Caballeros Templarios, que igual realizaron su guerra entre cárteles sin importarles desquiciar la economía michoacana.
La misma amenaza se cierne sobre nuestro estado, mientras el nuevo gobierno aún no empieza a dar señales de vida