Xalapa, 19 de marzo.- Una estatua agravia la memoria histórica de Orizaba, y los desacatos del presidente municipal de esa ciudad, representan una burla para los descendientes de aquellos luchadores que dieron su vida por lograr mejores condiciones laborales.
La diputada Cristina Alarcón Gutiérrez, del Grupo Legislativo de Morena en la LXV Legislatura del Congreso del Estado, denunció desacatos a resoluciones de Cabildo por parte del presidente Municipal de Orizaba, quien desconoce la lucha del pueblo por alcanzar mejores niveles de bienestar, pueblo que se ha tenido que enfrentar a poderosos intereses económicos y políticos, que han intentado siempre, callar las voces de justicia y libertad.
Alarcón Gutiérrez comentó que los sucesos del 7 de enero de 1907 en Río Blanco, son el ejemplo de como la violencia política ha sido usada contra el pueblo. Pero a pesar de la sangre derramada, los ideales nunca se han borrados y jamás el pueblo fue doblegado.
Señaló que quiénes fueron los culpables de la represión el 7 de enero, se les recuerda con desprecio, y los restos del Dictador Porfirio Díaz, siguen lejos de esta gran Patria como prueba irrefutable del ultraje que le hiciera al pueblo mexicano durante su oscura dictadura.
En Orizaba, desde hace 4 años, la estatua del dictador Porfirio Díaz, representa un agravio a la memoria histórica; un verdadero insulto a la memoria de nuestros padres y abuelos que dieron su vida por conquistar mejores condiciones laborales.
Indicó que, pese al embellecimiento cosmético de la ciudad, un reducido grupo conservador ha quebrado la representación política del Cabildo, al volver a anteponer sus intereses por encima de la opinión mayoritaria del pueblo.
Recordó que el pasado 9 de noviembre del 2018 el Cabildo acordó con 6 votos a favor y uno en contra, el del actual Presidente, el retiro de la estatua del dictador Porfirio Díaz, pero dicho acuerdo fue bloqueado por el Presidente Municipal, quien junto a su grupo conservador, inicio una campaña en contra de la representación política en el Cabildo, logrando así comprar voluntades.