Margarito Escudero Luis
Ser ignorante no es sinónimo de ser tonto; es más, un ignorante inteligente es muy peligroso porque tiende a suponer que siempre tiene razón.
Y el comentario viene al caso tomando en cuenta una serie de acontecimientos que han ocurrido en el país que muestran con fuerza la importancia de la cultura, del conocimiento de los hechos históricos, de las artes y la ciencia.
Durante siglos el poder religioso fue el que con más fuerza permitió la ignorancia, negando los descubrimientos que la ciencia hacía.
Un hecho muy relevante, fue cuando el astrónomo Galileo Galilei descubrió que la Tierra se movía al rededor del Sol y no al contrario, cómo se afirmaba en aquellos tiempos.
Galileo fue condenado por la supuesta blasfemia.
Antes de morir, también lo obligaron a negar sus afirmaciones científicas, lo hizo, agregando al final: “Sin embargo se mueve”.
600 años después, la iglesia católica pidió perdón por aquel aberrante episodio de su historia, dónde fue involucrado hasta el futuro de la Humanidad.
Así, hombres y mujeres que dedicaron gran parte de su vida a lograr avances científicos importantes, o que aportaron destacados avances en la sociedad, las artes y otras actividades que enaltecen a la especie humana y que, por cuestiones religiosas y otro tipo de prejuicios, sufrieron persecución, tortura y muerte, no han recibido la disculpa mínima para limpiar su nombre.
Y son cosas, datos que se van perdiendo en el enorme bagaje de la actividad humana.
Pero lo ocurrido en México va más allá de atavismos o prejuicios religiosos, más allá del fanatismo y que se quedan en el terreno de la ignorancia.
Por ejemplo, tres eventos que marcan como ignorantes a quien intervinieron, autoridades que contratan servicios de supuestos artistas, y a pesar de lo grotesco de la obra entregada, la pagan y además posan para la foto de la develación.
Así sucedió con lo que pretendió ser una réplica de una cabeza colosal Olmeca, que no se acercó ni un milímetro a la perfección de las esculturas originales, hechas muchísimo antes de que la humanidad alcanzará el grado de tecnología actual.
Otro caso en el busto que intentó reflejar la imagen del Benemérito Benito Juárez García, hecho ocurrido en San Luis Potosí.
Si bien la tradicional imagen de Juárez que nos han machacado desde siempre, es un retrato manipulado para ocultar sus rasgos indígenas, el busto de San Luis Potosí, lo muestra como un alienígena hollywoodense.
Un tercer evento muestra una imagen de Luis Donaldo Colosio Murrieta muy alterada, como una caricatura, eso en un acto oficial en el puerto de Veracruz.
En los tres eventos, además de denigrar las imágenes mencionadas, coloca en el ámbito del gran ridículo a quienes se atrevieron a aceptar semejantes adefesios.
Y tiene mucho que ver con la limitación cultural tanto de los “artistas”, cómo de los funcionarios.
La ignorancia en personas ocupando cargos públicos es peligrosa, se confunden nombres y nacionalidades y hasta ahora no ha pasado del ridículo.
Pero puede ir más allá, cuando hay una intención de desagravio histórico por parte del Presidente, y ciudadanos lo atacan con fiereza, mostrando una profunda ignorancia de la Historia.
Frivolizar el momento que vivimos, nos hace ajenos a nuestra devenir histórico, recordando que los mexicanos y latinoamericanos en general, somos resultado de una invasión y colonización que aún persiste, y al parecer muchos están cómodamente de acuerdo con su situación.