Margarito Escudero Luis

Pues al fin los empleados municipales soltaron las instalaciones del Ayuntamiento de Coatzacoalcos, luego de dos días de negociaciones en el Tribunal de Conciliación y Arbitraje (TCA), pudieron llegar a varios acuerdos los representantes del Sindicato Único de Empleados Municipales (SUEM) y los ediles.

Pero es necesario resaltar que, escudándose en la organización sindical, los dirigentes pueden cometer desmanes, delitos, bloquear una ciudad, detener la economía, tomar ilegalmente las instalaciones, amenazar con quemar el palacio, incitar a la rebelión, a la violencia y luego, muy tranquilamente negociar impunidad.

Finalmente, el tema que dio origen a los desmanes del SUEM, el multimencionado quinquenio, ni siquiera estuvo en la mesa y los empleados fieles se quedaron con un palmo de narices.

El dirigente Gersaín Hidalgo Cruz presume que esta guerra ya la ganó, que era cuestión de tiempo para que el alcalde “aflojara”, pero nada de eso sucedió.

Se entiende que tampoco los delitos federales cometidos por Gersaín y su pandilla, como el bloqueo de vías de comunicación, estuvieron en la mesa de negociación; así que esperamos que las autoridades encargadas del ramo, cumplan con su deber.

También es necesario destacar que tardaron mucho tiempo en reaccionar los opositores a Hidalgo Cruz en las filas del SUEM, pues ya casi cuando se vislumbraba la salida del conflicto, salieron a declarar que no estaban de acuerdo con el proceder de su dirigente.
En muchos casos no estuvieron de acuerdo con los desmanes del SUEM, pero son empleados que viven de su trabajo y deben acudir al llamado del dirigente, pues se trata de cuidar la chamba y evitar sanciones que les perjudiquen laboralmente.

Las autoridades municipales, en el afán de terminar con el conflicto, escogieron la vía del diálogo y la conciliación; así tuvieron que ceder a algunas pretensiones, aceptaron no sancionar a los trabajadores que participaron en esta ilegal movilización, pero se les descontarán los días que faltaron a sus labores injustificadamente, lo malo es que se los descontarán en paguitos durante seis meses, mientras que a los trabajadores que no pudieron llegar a sus labores por el bloqueo de las vialidades, no tuvieron un sindicato que los protegiera y evitara sanciones por algo de lo que no tuvieron culpa.

El ejemplo del SUEM puede cundir en otras partes, los enemigos del nuevo régimen notan que pueden actuar con total impunidad y de aquí en adelante, secuestrar la ciudad puede ser el recurso al que otras fuerzas sociales puedan recurrir para lograr sus objetivos.

Por STAFF