Revelaciones
Margarito Escudero Luis 

Hay un esfuerzo colectivo que se ha venido desarrollando poco a poco, muy lento quizá, pero la intención es que la gente pueda volver su atención hacia el daño que la humanidad está causando al medio ambiente.

Se trata de un esfuerzo ciudadano, no sé quién lo propuso, pero comenzó a ganar popularidad y hoy miles de personas se han sumado.

Pareciera que el eslogan es “No al plástico” y comenzó a rodar por la redes sociales hasta que el mensaje alcanzó nivel global.

Primero fue el reto de “No al popote”, luego las bolsas del súper mercado, luego la enorme cantidad de basura que se genera con el uso indiscriminado del plástico.

Posteriormente nos fuimos a la limpieza de las playas y se mostró al mundo entero como el plástico ha invadido el planeta y la vida en general.

En alguna ocasión, desde este mismo espacio, denuncié que la principal fuente de contaminación proviene de la industria.

Ahí no hay conciencia, no hay reglas que traten sobre protección, cuidado y conservación del medio ambiente.

Ahí no importa que mueran miles de peces, ni el plancton, ni que el mar sea el origen de toda la vida sobre la tierra, ni el calentamiento global.

Tristemente observamos cómo se demuestra que no hay interés de las grandes firmas industriales por el medio ambiente, por el planeta, por la vida de los otros seres que nos acompañan en este viaje por el universo, por los esfuerzos ciudadanos.

Ahí no importa nada que tenga que ver con asuntos ecológicos.

Solo importa la producción, la utilidad, la ganancia y todo lo que no genere dinero es basura, no sirve, por lo tanto debe desecharse.

Eso fue lo hizo Grupo México en Sonora, desechar miles de litros de ácido sulfúrico a las aguas del Mar de Cortés.

No importa lo terriblemente peligroso que es ese producto, no importan los miles de peces muertos a causa del ácido.

Tampoco importó el esfuerzo ciudadano por salvar al planeta y la guerra contra el plástico no tendrá sentido si estos industriales, en un solo acto echan a perder todo lo que se ha avanzado.

Tristemente observamos cómo se demuestra que no hay interés de las grandes firmas industriales por el medio ambiente, por el planeta, por la vida de los otros seres que nos acompañan en este viaje por el universo, por los esfuerzos ciudadanos.

Tal vez, los dueños de esos grandes consorcios ya tengan algún lugar apartado en otro planeta, cuando la Tierra no tenga más que ofrecernos para destruirlo y convertirlo en mercancía.

El ácido sulfúrico que Grupo México vertió en las aguas del Mar de Cortés, puede ser sólo una muestra de cómo se comportan los industriales que, además de ácido sulfúrico, deberán estar llenado nuestros mares de todo tipo de veneno.

Es parte de la estupidez humana.

 

Por STAFF