Revelaciones
Margarito Escudero Luis
En varias ocasiones hemos tocado el tema de la crisis que padecen los medios de comunicación y el periodismo.
Incluso se trata ya de una batalla de Medios contra el periodismo, ya que los empresarios dueños de periódicos, estaciones de radio y TV y de grandes portales de internet, se hicieron aliados de los gobiernos para alcanzar grandes prebendas, los llamados convenios con las instancias gubernamentales fueron el gran negocio de este tipo de empresarios.
Se olvidaron del periodismo, relegaron a los reporteros pagando salarios bajísimos y en algunos casos, se pagaba hasta en abonos.
Sin embargo, los periodistas siguieron haciendo su trabajo, no puede detenerse la rueda de la información, aunque se manipule, se maquille o se omita información al público, el reportero siempre lleva la nota de los hechos destacados.
Pero los intereses empresariales están puestos más en la ganancia que en la noticia.
De esa forma, varios medios dependían económicamente del gobierno, la nómina comprometida con dinero del gobierno, como si ese maridaje nunca tuviera fin.
La penitencia implícita en el pecado. Si en algún momento la publicidad comercial fue el sustento de los medios, está se fue desvaneciendo cuando la inseguridad se incrementó, pocos comerciantes se atrevían a anunciarse.
Se olvidaron del periodismo, relegaron a los reporteros pagando salarios bajísimos y en algunos casos, se pagaba hasta en abonos.
El cierre (temporal) de Radio Lobo y Radio Mina, es el primer caso que se conoce en la región, y tiene reclamos de falta de pago a reporteros y, ahora se sabe, de un cuantioso adeudo a la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Ya no hay convenios oficiales, ni “chayote” que alcance. Otro detalle es que en el noticiero vespertino del Núcleo Radio Mina, se la pasaban lanzando pestes contra el alcalde de Minatitlán, pues así menos.
Siguieron utilizando las técnicas del pasado, cuando a base de periodicazos y de “bañadas” en la radio, ablandaban a los funcionarios.
Estos empresarios siguen suponiendo que todo seguiría igual con el nuevo gobierno, apostaron a su fuerte presencia ante el público, pero no les funcionó.
El tema es qué hay varios reporteros reclamando su salario y, con este intempestivo cierre, difícilmente verán su dinero.
Por eso, insisto en que es tiempo que los periodistas hagamos una revisión de nuestra profesión que atraviesa por una crisis severa.
De seguir así, dentro de poco no habrá nadie que requiera servicios periodísticos, pues en internet los mismos reporteros regalan su trabajo y así gratis, pues ni quien se preocupe.