Revelaciones
Margarito Escudero Luis
Desde la comodidad de mi encierro, veo pasar las horas soportando el calor y enterándome de que ya son dos las personas fallecidas por COVID-19 en México.
Arrancando la segunda etapa de la pandemia en esta parte del mundo, Italia pierde más de 700 ciudadanos en solo 24 horas y así ha sido en los últimos días.
Dicen que los italianos y los mexicanos nos parecemos por irresponsables y fiesteros. Mientras en China ya salieron del problema, la enfermedad sigue contagiando personas de casi todo el mundo.
China aisló a sus ciudadanos a la fuerza, quienes no respetaron las medidas fueron encarcelados. Los periodistas fueron limitados en su quehacer, limitaron el uso de internet y bloquearon las herramientas en línea con que realizan su trabajo.
La pandemia nos llega en una temporada vacacional, cuando hoteles, restaurantes y otros servicios turísticos disfrutan de una gran derrama económica y que en esta ocasión verán mermados sus ingresos de manera considerable.
Los reporteros que se sintieron adalides de la verdad para informar, fueron llevados a prisión.
Alemania por ejemplo, es el país europeo con la tasa de mortalidad más baja y nadie puede explicarlo.
En Estados Unidos, 75 millones de ciudadanos en cuarentena, 279 fallecidos y más de 20 mil infectados; tomando en cuenta una población de más de 300 millones de ciudadanos.
En México somos un poco más de 120 millones de personas, la pandemia nos llega en una temporada vacacional, cuando hoteles, restaurantes y otros servicios turísticos disfrutan de una gran derrama económica y que en esta ocasión verán mermados sus ingresos de manera considerable.
En el continente africano, hay países sin ninguna preocupación por el coronavirus, donde hasta el momento no se ha reportado un solo caso.
Este virus que se ha movido por casi todo el mundo, es propagado por personas que tienen la posibilidad de viajar, con recursos (propios o no) para poder trasladarse de un país a otro y quienes padecerán los estragos del COVID-19 serán los más vulnerables.
Haití es el país más pobre de América, con el sistema de salud más frágil, apenas superando la tragedia del último terremoto y los primeros casos comienzan a atacar a esta débil nación. ¿Podrán sus ciudadanos aislarse y guardar una cuarentena para disminuir el impacto?
¿O serán los países más pobres, con profundas limitaciones sanitarias donde el corona virus se refuerce y extienda su daño con más fuerza?
Más peligroso que el virus es el miedo y, lamentablemente el vehículo de propagación son los medios de comunicación y las redes sociales.
El presidente López Obrador pondera la libertad y apela a la responsabilidad ciudadana, puesto que ya se han tomado las medidas necesarias sugeridas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sin embargo, tenemos ciudadanos que esperan festejar la muerte de muchos mexicanos víctimas del COVID-19, con su único afán de tener argumentos para golpear al actual régimen que no está cumpliendo sus caprichos.
Está claro que no hay más interés en esas personas que volver a ocupar el poder del que fueron despojados por los ciudadanos en la pasada elección presidencial.
En medio de esa libertad que pregona Andrés Manuel López Obrador, libertad utilizada por sus enemigos para insultar, denigrar y mentir a la Patria, esperemos que los mexicanos respondamos con responsabilidad para evitar contagios y muertes.
Seguramente, quienes pueden viajar por el mundo, no se arriesgaran a morir contagiados, seguimos viendo que el segmento poblacional más vulnerable será el que contiene a las personas que deben salir todos los días a buscar el sustento.
Médicos, enfermeras y enfermeros, paramédicos y demás personal de salud, están en la primera línea de riesgo.
Los demás, si podemos ayudar en algo, tenemos la obligación de hacerlo.