Revelaciones
Margarito Escudero Luis

La situación del Covid-19 pasó a la etapa del fastidio y a acentuar el valemadrismo mexicano. La desinformación propalada por los enemigos acérrimos del régimen dio el resultado que querían, que la gente abandonara las recomendaciones de las autoridades sanitarias, lo que está provocando un aumento en los contagios y por consiguiente, de muertes.

Resulta macabro siquiera suponer que hubo un plan de desinformación, con noticias falsas y propagadas intencionalmente que llegaron a las débiles mentes de miles de ciudadanos que terminaron por no aceptar las recomendaciones oficiales, dejando a las autoridades con una terrible falta de credibilidad, lo que viene siendo un suicidio para el ciudadano que así lo haga y un crimen para quienes deberán sufrir los daños colaterales.

Triste la situación de una sociedad que ha preferido aceptar la mentira sin saber que a fuerza deberá pagar por su ignorancia.

Ya médicos, doctoras, enfermeros, enfermeras, camilleros y todo el personal que por su trabajo tienen que arriesgarse a contagiarse, cayeron en el fastidio ante la negligencia y agresividad de las personas que rechazan de manera grosera la ayuda que el gobierno pretende proporcionarles.

Una doctora, luego de ver morir a tres de sus pacientes por Covid, observa con tristeza, cómo se arremolina la gente en puestos de comida, no respeta la distancia en las filas de los bancos, sin usar siquiera un cubre boca, afirma que el mensaje que se debe dar ahora es : “¡Cuídese el que quiera!”
Alguien se encargó de esparcir la tenebrosa y falsa versión de que en los hospitales están asesinando a los enfermos; creando la confusión y desconfianza en las personas, que ahora no quieren ir a un nosocomio.

Un médico encontró a un paciente muy grave, lleno de miedo, hincado pidiéndole a Dios que lo salvara. Sin respetar las medidas sanitarias que le habían recomendado, esa persona falleció al tercer día.
Otros empleados de gobierno que, protegidos como lo marca la regla, salían a las calles a advertir a los transeúntes sobre el peligro que corrían sin la protección adecuada, ofreciendo gel sanitizante para limpiar las manos, informando sobre el uso del cubre boca y de la necesidad de guardar una sana distancia, sufrían insultos, burlas y hasta agresiones físicas.

Hoy esos empleados, llenos de fastidio, prefieren decir a esos que se arremolinan en las filas del banco, en los puestos de comida, en la compra de cervezas y de pizzas: “quien quiera cuidarse, que se cuide, quien quiera usar gel, aquí hay, quien quiera medirse la temperatura, puede venir”.
Tal vez esa debió ser la actitud desde el principio. Hoy, los casos se incrementan exponencialmente.

Y todavía, aquellos que confunden la pandemia con activismo político, lanzan sus más estúpidas críticas contra el secretario de Salud, un médico que ha dado la cara todo el tiempo que lleva la epidemia en nuestro país, por qué nunca llega el pico de una famosa curva.

Cuando el Dr. Hugo López-Gatell siempre dijo y advirtió: “se aplanará la curva sí y solo sí se guardan las medidas que la Secretaría de Salud recomienda y la medida principal es Quédate en casa”.
Muchos acataron la recomendación, guardan una larguísima cuarentena con tal de mantenerse saludables y vivos, pero no es justo que esas personas puedan contraer la enfermedad por la ignorancia y valemadrismo de otros.

La disciplina es uno de los conceptos que hace a las cosas funcionar bien; la necedad, la ignorancia, el valemadrismo y la indisciplina dan al traste con cualquier proyecto.

Algunos de esos dijeron que la cuarta fase sería “Sálvese quien pueda”, pero no es así. En esta etapa la función es: “¡sálvate si quieres, pero no fastidies a los demás!”

Por STAFF