CANCÚN.- Tras una noche de tensión, por la llegada del huracán “Delta”, Cancún amaneció con daños menores y el buen ánimo de sus habitantes, que temían inundaciones generalizadas, como las que dejó el huracán “Wilma” en 2005, pero afortunadamente no fue así.

El gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, informó que hubo saldo blanco en la entidad, sin reporte de víctimas mortales ni heridos, y sólo se reportaban daños en infraestructura. El mayor problema para la ciudad era la falta de energía eléctrica.

De acuerdo con la Comisión Federal de Electricidad (CFE), unos 260 mil usuarios totales de Cancún (33%) estaban sin energía eléctrica y se trabajaba para reponer el servicio lo antes posible. También se reportaba un servicio intermitente de telefonía celular y de internet, cuyo servicio era más estable en la zona hotelera.

La telefonía fija también presentaba problemas. Por su parte, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes anunció la reanudación del tránsito en el corredor Cancún Tulum, y se tenía previsto que el aeropuerto reiniciara operaciones la tarde de este miércoles.

Los pobladores trabajaban en levantar ramas y árboles caídos que dejó el huracán, para despejar las calles y los cables tirados por los vientos.

 “Delta” tocó tierra en Puerto Morelos a las 5 de la mañana de este miércoles como huracán categoría 2, de acuerdo con información de la Comisión Nacional del Agua.

En la zona hotelera había poca gente en las calles y se encontraban palmeras y árboles derribados, pero se podía transitar sin problemas. Una turista de Montana que fue trasladada al refugio instalado en el Centro de Convenciones de Cancún se dijo agradecida por las atenciones que recibieron, que durante el paso del huracán estuvieron totalmente seguros y protegidos y esperaba volver pronto a su hotel para continuar con sus vacaciones.

En la zona de Punta Cancún, el corazón de la zona turística, se veían fachadas de negocios como restaurantes, bares, cafeterías y centro nocturnos con algunas afectaciones, algunos con marquesinas destruidas y otros con daños superficiales en las fachadas, pero las estructuras se mantenían intactas.

En el resto de la ciudad, los pobladores trabajaban en levantar ramas y árboles caídos que dejó el huracán, para despejar las calles y los cables tirados por los vientos.

 

Por STAFF