Jenny Zapata

Afortunadamente no hubo una tragedia que lamentar, luego del incendio que el pasado miércoles aterrorizó a la población minatitleca, sobre todo a quienes viven en las cercanías de la refinería Lázaro Cárdenas.

Los vecinos estuvieron con el Jesús en la boca todo el tiempo que duró el siniestro, algunos de plano fueron a refugiarse con familiares o amigos que viven en colonias alejadas de la conflagración.
Ya que todo volvió a la calma, comienzan otras especulaciones porque ya nadie cree en los comunicados oficiales de Pemex. Hay quienes pretenden llevar agua a su molino y encuentran culpables tanto entre los directivos de la paraestatal como en la dirigencia sindical.

Otros se atreven a señalar errores humanos y negligencia de los trabajadores.

Pero es necesario recordar lo que ha pasado en la grandiosa refinería Lázaro Cárdenas de Minatitlán; durante el periodo neoliberal todas las instalaciones de Petróleos Mexicanos se abandonaron deliberadamente, con la intención de mostrarla improductiva e ineficiente para venderlas al mejor postor extranjero.

Desde el gobierno de Carlos Salinas se mostraron esas intenciones y casi se consolidan en el sexenio de Enrique Peña Nieto.

Recordemos que en todo ese lapso el despido de trabajadores fue constante ante la mirada cómplice de los dirigentes sindicales.

El mantenimiento a las instalaciones petroleras se redujo al mínimo necesario para lograr una mínima producción; por lo tanto, el deterioro de las plantas fue más rápido y sus consecuencias pudieran ser terribles.

El incendio del miércoles 7 de abril de 2021 puede ser parte de esas consecuencias.

La respuesta de Comité Local de Ayuda Mutua (CLAM) es de aplaudirse, la acción y actitud de los trabajadores, heroíca.
Nadie en su sano juicio, que trabaje en las cercanías de instalaciones funcionando, deterioradas y peligrosas, lo hace por su gusto.

Se ha denunciado desde hace tiempo, qué hay plazas que no han sido cubiertas, que la falta de personal hace que los obreros tengan que laborar turnos de hasta 32 horas en zonas de alto riesgo.

Ahora se le echa la culpa a la austeridad del actual gobierno, en un intento por dejarlo mal parado de cara al proceso electoral.
Más votos hubieran perdido si el viento soplara en dirección a los tanques de almacenamiento.

Sin duda, las autoridades de cualquier nivel que tengan que ver con Pemex y la refinería, tienen mucho que explicar sobre todos los temas que concluyen en el incendio del miércoles y que aterrorizó a la comunidad, desde la posible falta de personal, hasta la falta de mantenimiento a las instalaciones y todas las faltas que hagan falta.

Por STAFF