La purga
Jenny Zapata
En estos tiempos de turbulencia política, el que fuera en otros tiempos el partidazo, el único, el del carro completo, no consigue levantarse de la lona y entre los que quedan de militancia, los pleitos están a la orden del día.
Por lo menos en Coatzacoalcos, pareciera que su mejor opción buscara perder la elección que, teóricamente lo llevaría a la presidencia municipal de esta ciudad.
Y es que convocó a las bases del partido, a los jóvenes, a los sectores de esta localidad, en un intento por convencer a la gente que son los mejores para gobernar el municipio; pero finalmente les salió lo priista y dejó con un palmo de narices a quienes creyeron en él.
Hoy las quejas por la decepción están ya saliendo de esa herida que Carlos Vasconcelos provocó a esa juventud que fue engañada y estafada, pues creyeron que de verdad el lobo se había transformado en
Pero no, genio y figura hasta la sepultura y en el PRI hicieron lo que han sabido hacer durante estos últimos 80 años: mentir.
Así los jóvenes, creídos en la importancia de su participación, de un plumazo fueron borrados de una importante lista que los colocaba como los próximos servidores públicos y se prestaron al juego.
Ahora denuncian que fueron utilizados, ya que los arcaicos sectores del partido reclamaron su tajada del pastel, aunados a los dinosaurios panistas y perredistas que se aferran como moscas a la posibilidad de volver por sus fueros.
Genio y figura hasta la sepultura y en el PRI hicieron lo que han sabido hacer durante estos últimos 80 años: mentir.
Finalmente, Vasconcelos pactó con lo más rancio del priismo, el sector magisterial que, sin ninguna fuerza real, impone en la planilla de Vasconcelos Guevara a uno de los más corruptos representantes del clan Callejas.
Es decir, lo mismo de siempre y desde siempre, alguien decidió cerrar la puerta a la posibilidad de una renovación y reinvención del partido, para dejar dentro a aquellos personajes que lo llevaron a la derrota.
Así veremos nuevamente nombres como Gersain, Noriel, Callejas, Sosa, mismos identificados con la derrota.
Mientras, aquellos que creyeron que ya habían cambiado y eran buenitos y honrados, hoy se lamentan por su ingenuidad y pérdida de tiempo.
Nuevamente sentirán el sabor de la derrota, la gente ya identifica a quienes llevaron al partido al desastre.