Revelaciones
Margarito Escudero Luis
La directiva de Morena programó una jornada entre sus militantes para elegir delegados a la Convención Nacional para este 30 de julio ya inmediato.
El proceso de organización se realizó a tiempo y, se suponía que sería un proceso abierto, donde cualquier persona podría emitir un voto a favor del aspirante a delegado de su preferencia.
Ese tema causó molestias entre los morenistas de pura cepa, pues alegan que es la gran oportunidad para meter al partido a los corruptos expriistas, ex panistas y ex de todos los partidos derrotados y volver a lo mismo de antes.
El argumento de los directivos del partido es que, el ejercicio serviría para registrar a nuevos miembros y fortalecer al partido y, al parecer, a los dirigentes no les importa de dónde vengan, basta con que se registren y adquieran todos los derechos que la misma dirigencia le escamotea a aquellos que andan en Morena desde antes que fuera partido.
Este proceso ya fue impugnado por los militantes que consideran una aberración abrir las puertas a todos y piden modificarlo, apegándose a los estatutos del partido.
Y es posible que tengan razón, abrir la puerta a los lobos que fueron derrotados legalmente, es abrir también la posibilidad de que el partido termine convirtiéndose en otra guarida de corruptos, cuando el origen de Morena es precisamente la lucha contra la corrupción.
Pero es necesario recalcar que Morena nació como un movimiento social al que se sumaron miles de mexicanos que decididos a luchar por un cambio radical en el país, siguiendo a la figura de Andrés Manuel López Obrador como cabeza principal.
El discurso enérgico del ahora presidente, logró penetrar en la mayoría de las mentes mexicanas ansiosas de ver mejoras en su forma de vida, en un país que tuviera oportunidades para todos; ahí vieron la oportunidad de transformar a México y en ese concepto se puede decir que los mexicanos se atrevieron a arrebatar el país de las garras de un régimen plagado de corrupción y entregado a intereses extranjeros.
Pero el Movimiento Regeneración Nacional tuvo que convertirse en partido para poder concursar en las elecciones y cumplir con la ley electoral que rige actualmente.
Para hacerse partido, Morena tuvo que entregar documentos a la autoridad electoral, su declaración de principios y estatutos que regirían al interior del partido, a sus militantes y a su directiva.
Y esos estatutos y principios son los que ahora reclaman militantes que se arriesgaron desde el principio con López Obrador y con Morena.
Pero la visión del líder difiere mucho de las expectativas de la mayoría. Lleva su humanismo a un nivel para lo cual, los mexicanos tal vez no estemos preparados, luego de convivir por casi un siglo con autoritarismo y represión, con demagogia y engaños; a fuerza de vivirla todos los días, se transforma en costumbre, tanto que muchos militantes de Morena aún creen en los rituales priistas como si así fuera la realidad.
No queda duda de que Andrés Manuel López Obrador llegó a la presidencia no solamente con los votos que le otorgaron 30 millones de mexicanos, sino que recibió apoyo de otros sectores de poder con los que tal vez haya deudas por pagar.
Pero tampoco hay duda que, el convencimiento por una transformación nacional movió el alma adormecida de esos millones de compatriotas que vieron una gran oportunidad, que creen en el país y no en la salvación por extranjeros y brindó su apoyo a quien ofreció encabezar la Cuarta Transformación de México.
También es verdad que el partido no es propiedad de los fundadores, tampoco lo es de aquellos que llegaron a los cargos con los votos de los militantes y simpatizantes; Morena se va transformando en un ente poderoso que opaca a sus rivales casi hasta desaparecerlos; nació con espíritu transformador y como tal debe transformarse, pero no convertirse en lo que tanto combatió con la entrega de la gente.
El espíritu de lucha de aquellos que se arriesgaron con Andrés Manuel López Obrador no debería ser menospreciado.