Revelaciones
Margarito Escudero Luis
Hace algunos días comentamos que debíamos remojar nuestras barbas ante un posible colapso de nuestro abastecimiento de agua.
El vital líquido es un tema de seguridad nacional, aunque algunos empresarios que a todo le ponen precio, lo nieguen.
Para algunos mercaderes el agua y todo lo que existe, puede tener un precio, dinero o poder.
En Monterrey, donde padece actualmente una severa crisis de agua, las grandes empresas cerveceras, refresqueras y maquiladoras, ni sufren ni se acongojan por falta de agua, esas siguen produciendo sin importarles que la población muera de sed, pues para eso están las cervezas y las aguas negras azucaradas.
Pero también, el agua se utiliza para ablandar autoridades cuando un funcionario tiene el poder de cerrar válvulas y dejar sin agua a una población entera.
El chantaje sin piedad; “si no me das lo que te pido, no te doy agua y a ver cómo le haces”.
Por eso le decimos “vital líquido”, un bien necesario para la vida y para el buen funcionamiento de la sociedad humana; y no puede estar en manos de vivales ambiciosos de poder y riqueza, no en manos privadas, pues lo que sucede hoy con el presidente municipal de Tatahuicapan, es solo un ejemplo de lo que se puede hacer cuando se tiene el control del agua.
Y lo mismo sería con la electricidad, los alimentos y todo producto indispensable para el bienestar comunitario.
Poner contra la espada y la pared a un ayuntamiento es un acto criminal, negar el agua a la gente es tan criminal que está contemplado en la Constitución, un derecho humano, un bien común que, por obvias razones, no puede estar en manos privadas.
En el caso de Tatahuicapan, no está en manos de empresa privada, pero si en la posibilidad de un individuo ambicioso de negar el vital líquido a sus congéneres y condiciona su entrega a cambio de dinero.
Peligrosa situación que puede desatar más ambiciones y reacciones violentas de una población sometida, cuando los niños comiencen a padecer por la falta de agua.