Revelaciones
Margarito Escudero Luis
Minatitlán se convirtió en el centro de la disputa por el poder. De forma muy lamentable, la dirigencia nacional de Morena mostró sus preferencias y tácitamente desestimó cualquier otra posibilidad para el futuro del partido.
La actitud asumida por la diputada local Jessica Ramirez Cisneros, aquel domingo en que se llevaron a cabo la elección de delegados, es muy cuestionable si traemos a la palestra que fue electa dos veces como representante del distrito de Minatitlán en la Cámara local; entonces pudiéramos suponer que ostenta el liderazgo entre el pueblo minatitleco, que debe ser conocida y reconocida por la sociedad. Entonces ¿por qué mostrar esa desmedida ambición por ganar a costa de cualquier cosa?
Ramírez Cisneros mostró la pobreza de cualquier tipo de recursos para poder contar con la preferencia ciudadana y es pobreza se traslada al equipo al que pertenece.
Por extensión, la conclusión alcanza a Sergio Gutiérrez Luna quien, a pesar de haber hecho una campaña para darse a conocer donde nadie lo conocía, en el lugar donde nació y donde no tiene arraigo.
Por eso recurre a muestras estridentes de influencia, llama a sus amigos con fuero, con cargos importantes para mostrarle a sus paisanos que está “bien palanca” con los “meros meros” de Morena.
Es el exceso de luz para deslumbrar a los incautos, a los ingenuos y a los personajes de poco entendimiento.
Mostrar el músculo y las intenciones antes de tiempo no ha sido una estrategia certera; raro pues que personajes que vienen del príato no hayan elaborado su estrategia para evitar cualquier raspón.
Pero si sus resultados no son los esperados, es lo de menos.
Lo que se debe destacar es el daño que se le hace a Morena, el partido del presidente de México y el verdadero “mero mero” del partido.
Entonces, los que están en el otro bando, deberían ya ponerse a borrar la mala imagen que van dejando luego de los eventos recientes y elaborar planes y estrategias para que el pueblo no les retire totalmente la confianza.
Ya no pueden echarle la culpa a otros, sino retomar lo qué hay, eliminar lo que no sirve, lo que apesta, lo podrido y trabajar en las encomiendas, en la imagen del partido.
Quien tenga sus legítimas aspiraciones, pues los resultados que presente con su trabajo, será la mejor carta de presentación que tenga y no a través de la descalificación mediática de sus presuntos rivales.
Pero cómo van las cosas, es posible que tengamos que presenciar otras dosis de esos espectáculos que acostumbran los que creen que ya la hicieron en Morena.
Hay otros que están en silencio. ¡Aguas!