Parábola X

 Plinio Soto Muerza

Algunos no se han dado cuenta, otros más caminan ya listas en mano por las calles haciendo sus esfuerzos, y los hay también, aquellos que sólo esperan los tiempos, sin darse cuenta que en materia electoral, los tiempos corren demasiado rápido.

Los partidos en este momento se encuentran cargando sus baterías para dos elecciones, una de menor importancia, ya está definido el resultado al menos que hubiera una sorpresa, o alguna traición a los acuerdos tomados; y la segunda, que entra en una etapa de abierta disputa, donde habrá de toda especia de lodo, y donde sin duda, el partido de morena arranca con una ventaja en las recientes encuestas, y donde la retirada de MC en la contienda, hace evidente , que en el Estado de México, habrá gobernadora.

Hasta el 4 de junio, el escenario nacional de la política, se verá inundado de las noticias sobre las campañas en el estado de México y Coahuila, es decir, en los próximos 3 meses, todo será mexiquense, donde todo apunta que el otrora poderoso grupo Atlacomulco, perderá su coto de poder frente a un partido que se consagra en su institucionalización gracias a su acción como gobierno federal. Perder Coahuila es lo de menos si derrota a la oposición en el Estado de México.

Pero una vez concluidas las elecciones en territorio mexiquense, los tiempos se aceleraban al máximo, pues en septiembre, o sea, dos meses después, se instalará el consejo General del INE, para arrancar oficialmente la organización del proceso electoral 2023-2024, para renovar el poder Legislativo y el Ejecutivo Federal, y una vez con ese marco, vendrán en cascada los arranques de los procesos locales en los estado de Ciudad de México, Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán, donde en todos ellos se deberá de elegir nuevo gobernador o gobernadora, ya que de acuerdo al marco legal electoral vigente, los partidos tendrán que ajustar su postulaciones bajo el principio de paridad.

Aquí algunos estarán pensando que no hay nada de aceleres en el tiempo, y todo marcharía como siempre, en tiempos y formas. Pero la verdad es que desde hace mucho tiempo, los tiempos electorales se aceleran en forma vertiginosa.

Está claro que para morena, los tiempos corren aceleradamente, no así para la oposición, que sigue en la lona literalmente, después de su estrepitosa derrota en 2018.

Todo apunta a que Morena tendrá entre los meses de junio y septiembre, la tarea de llevar a cabo sus encuestas para elegir sus candidatos y candidatas a los ejecutivos estatales, en el entendido de preparar todo para la gran encuesta nacional para elegir a su abanderado o abanderada a la Presidencia de la República, que deberá de realizarse entre los meses de septiembre-octubre, para que en el marco simbólico del 20 de noviembre, como lo ha hecho siempre morena, anuncie algo importante, en este caso, a su candidato o candidata.

Pero igualmente puede ocurrir lo contrario, entre los meses de junio-octubre, sean los preparativos de la encuesta nacional, dejando las definiciones locales para después, una vez tomada la decisión de la candidatura presidencial. Si esto pasara, estaría claro que las candidaturas en las entidades federales, estarán disputadas de acuerdo al peso de la cercanía que se tengan con quien resulte ganador de la encuesta nacional.

Como sea, los tiempos están acelerados, porque al final del día, a 15 meses de la jornada del 2 de julio del 2024, todos y todas en los partidos quieren moverse hacia una candidatura. En términos de la realpolitik, muchos dirigentes actuales de morena añoran ser parte de una candidatura, porque ya se la merecen, o simplemente porque ya les toca. A un lado están dejando, discusiones programáticas e incluso ideológicas. Hace días un militante morenista, de las jóvenes promesas que anuncian, me comentó en una plática de banqueta: ¿Para qué discutir principios ideológicos, o doctrinarios, si tenemos bien claro lo que piensa el presidente?

Sin duda alguna, para muchos de los nuevos protagonistas de los tiempos electorales acelerados, lo que menos importa es poner en la mesa discusiones de ideas. Lo verdaderamente importante, es ganar elecciones. Estos nuevos protagonistas le reprochan a “vieja izquierda”, a la pertenecemos muchos y muchas que aún creemos que deben de ser programas y no personas los que dirijan destinos, que no ganaba ni una casilla.

En fin, los tiempos corren apresuradamente, y algunos ya llevan bajo el brazo, cientos de listas para sus próximas embestidas.

 

 

Por STAFF