Revelaciones
Margarito Escudero Luis
Argumentar a partir de una falsedad, teniendo conocimiento de causa, es una acción deleznable, sucia.
Porque se ocupa un lugar público en un intento para que los oyentes crean semejante barbaridad, aceptando el orador que aquellos que lo escuchan son ignorantes o tontos.
Argumentar sin tener conocimiento de lo que se habla, es una estupidez.
Y existen individuos que caen en ambas aseveraciones, porque actúan con la finalidad de desacreditar a alguien o algo que está en proceso.
Tal es el caso ocurrido apenas hace dos días, cuando un aspirante a ser candidato, se sube al carro para tirar porquería a la persona que supone será su rival, es la tónica que ha utilizado la oposición en este país, atacar a base de mentiras, mismas que se caen casi de inmediato quedando en un total ridículo.
Dijo el senador Rementería que se habían “olvidado” de construir un acueducto que surtiera a la refinería de Dos Bocas.
Muchos se le sumaron sin medir la dimensión de la mentira, directamente proporcional al tamaño de su estulticia.
Demostraron ser ignorantes de los procesos de ingeniería o supusieron que su “demoledora argumentación” mandaría a la lona a los destinatarios y eso les acarrearía unos cuantos votos por esa gran demostración de inteligencia.
Esa oposición desesperada que exige nivel en el debate, pero descalifica el nivel de los adversarios y continúa utilizando mentiras, no le abona nada a su proyecto político.