Revelaciones
Margarito Escudero Luis
Foto: Sergio Balandrano
Con dos frentes abiertos, la Doctora Carmen Medel Palma se coloca en una posición delicada, en dos conflictos donde muchas familias deberán padecer la falta de tacto y dominio político de la presidenta municipal de Minatitlán.
Desde la tarde del domingo 30 de abril, un puñado de ciudadanos de Tatahuicapan cerraron las válvulas de la presa Yuribia que abastece de agua a tres municipios del sur de Veracruz.
Contradictoria en sus decisiones, Medel Palma pretende echarle la bolita al alcalde de Coatzacoalcos, pues según esta ciudad recibe el 80 por ciento del suministro de la presa.
Hasta el momento de redactar esta información, la postura de la edil es de no dar nada a los serranos, a pesar que en un principio dijo que las peticiones podían ser resueltas a partes iguales entre las tres ciudades afectadas
Los ciudadanos de Tatahuicapan exigen al municipio de Minatitlán que “coopere” con dos millones de pesos para la realización de una obra, que sería el 50 por ciento del total, entonces Medel dice que si Coatzacoalcos recibe el 80 por ciento del suministro de la presa, pues que pague más. Hasta este momento su postura sigue siendo la misma. No.
A los aguerridos ciudadanos de la sierra les ha funcionado cerrar la presa cada vez que quieren dinero o posiciones políticas, las autoridades municipales, estatales y federales lo han permitido para no perder el ejército de votos que representa la sierra, sin importar las afectaciones sanitarias y económicas que se producen por la falta del líquido
Medel, al inicio del conflicto dijo que debería ser proporcional, pero se echó pa’ tras y ahora dice que no.
Mientras, la ciudadanía a la espera de resultados positivos, de información y de sabias decisiones para el bienestar de todos.
En Minatitlán ya hay pozos disponibles y es posible que pronto se restablezca el servicio de agua potable; en Coatzacoalcos habilitarán dos pozos y con pipas se repartirá agua en la ciudad.
Nuestra guerra por el agua comenzó hace mucho, unos viéndola como moneda de cambio, otros como botín político y otros (los más) a aguantar los caprichos de aquellos.