REVELACIONES
Margarito Escudero Luis
Hubo un tiempo en que Coatzacoalcos floreció e iluminaba al sur de Veracruz con su despunte. Eran los tiempos únicos del PRD al principio del nuevo siglo.
Fue entonces cuando los dueños del poder se pusieron las pilas y mandaron a sus gallos para arrebatar los logros perredistas y retomar el camino del PRI.
El crecimiento fue notorio y una proyección de nivel internacional de esta urbe y muchos llegaron a creer que de verdad se traba de una ciudad para vivir siempre.
Luego se durmieron en sus laureles. La infraestructura urbana fue abandonada, las losas de las.calles se facturaron, la naturaleza hacia su trabajo moviendo los bancos de arena donde se asienta la ciudad.
El tiempo pasó y ninguna autoridad se preocupó por vigilar el subsuelo, por verificar y actualizar los suministros eléctricos e hidráulicos, por rehabilitar y construir infraestructura duradera.
En estos momentos, hasta parece que sabían aquellos funcionarios que llegaría el momento a quien podrían culpar del deterioro citadino.
Y ese tiempo llegó. Aquellos que permitieron el abandono, son los que ahora señalan con índice de fuego a la actual administración por el desastre que el tiempo y la mala calidad de las obras, provocaron a Coatzacoalcos.
Hay de todo. Desde los que se encaraman en una oposición frívola de reclamo a gritos y exigencias imposibles, hasta aquellos que se embolsaron el recurso de mantenimiento para la ciudad.
La corta.memoria de los ciudadanos ayuda a aquellos grandes ladrones que se pasean frente al olvido de la gente, reclamando a la actual autoridad por lo que ellos no quisieron hacer.
Ahí están, colgados de las ramas de la impunidad, como buitres esperando la debacle para poder volver por sus fueros, adornándose con el oropel del pasado.