RT .- Japón está vertiendo toneladas de agua contaminada al océano Pacífico y hasta el momento ninguna organización ambientalista ha salido a decir algo; un silencio cómplice y mostrando una actitud hipócrita.
Hay denuncias sobre el silencio de las organizaciones ambientales ante el polémico vertido de aguas residuales radioactivas tratadas, de la central nuclear japonesa Fukushima, al océano Pacífico, son más de 1,5 millones de toneladas de agua venenosa contaminada con tritio, así como con isótopos de carbono-14, potasio-40, estroncio-90, yodo-129, cesio y plutonio que están contaminando seriamente el mar.
Organizaciones ambientalistas como el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), Wildlife Conservation Society (WCS) o The Natural Conservancy, no tienen en su agenda el tema del agua de Fukushima.
El silencio de estas organizaciones que se desgarran las vestiduras por el medio ambiente, ha comenzado a despertar sospechas en algunos gobiernos
Ni la activista medioambiental sueca Greta Thunberg ha salido a decir nada sobre este terrible caso de contaminación ambiental.
El silencio de estas organizaciones que se desgarran las vestiduras por el medio ambiente, ha comenzado a despertar sospechas en algunos gobiernos y preguntan: ¿cuánto vale hoy el silencio de las principales organizaciones ambientales?
El operador de la central de Fukushima, Tokyo Electric Power Company (TEPCO), empezó a verter al Pacífico el agua tratada el pasado 24 de agosto, lo que generó un fuerte rechazo por parte de varios países, como China o Corea del Norte. Por su parte el Ministerio de Medioambiente de Japón aseveró el domingo que la radiactividad del agua de mar cerca de Fukushima está por debajo de los límites y no representa riesgo alguno para las personas o para la flora y fauna.
Los filtros utilizados para disminuir el riesgo de radioactividad no garantizan la eliminación del tritio, lo que ha provocado una fuerte oposición por parte de los sindicatos de pescadores de la región, que temen un impacto medioambiental y económico negativo.
Según el Gobierno japonés, la liberación del agua residual es segura y cuenta con el aval del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).