Revelaciones
Margarito Escudero Luis
Los partidos opositores al gobierno, que formaron una alianza para “sumar fuerzas”, se están peleando por las migajas que pudieran obtener luego del próximo proceso electoral.
Poco a poco van perdiendo todo, la credibilidad, la confianza de la gente, la discreción y la vergüenza y, así con todo ese currículum, es muy seguro que también pierdan la elección.
Ante el desastre que se avecina para ellos, sacaron su verdadera naturaleza bajo las premisas quinistas de: “si me hundo yo, te hundes tú, nos hundimos todos”, ya no les importa mostrarse como lo que verdaderamente son, corruptos cínicos.
La última exhibición del presidente nacional del PAN en el que muestra los acuerdos en lo oscurito, no es algo que sorprenda a la ciudadanía, de alguna manera los ciudadanos tenían conocimiento de las marrullerías que se planeaban en las grandes alturas de la política. Y tampoco la clase política se muestra sorprendida por el hecho, lo que verdaderamente los escandaliza, es que se haya roto la regla no escrita de guardar silencio ante las transas y corruptelas.
A Marco Cortés no lo pendejearon por corrupto, sino por eso, por pen&dejo, nadie se atrevió a defenderlo, más bien todos sus colegas aceptaron tácitamente ese tipo de componendas y el silencio que se debería guardar.
Si el equipo opositor no pude conectar con los votantes, con la exhibida que les dio el dirigente del PAN, menos lograrán que alguien les crea que son los salvadores de la Patria.
Nadie se atrevió a defenderlo, más bien todos sus colegas aceptaron tácitamente ese tipo de componendas y el silencio que se debería guardar
Por otra parte, la desinflada precandidata de la alianza opositora demasiado tarde comienza a dar señales que ha despertado, y en su desesperación busca la forma de llamar la atención, pues ya descubrió que el nombre su contrincante es el que irá en la boleta electoral y no el del presidente, a quien se pasó atacando durante toda su precampaña y hasta en su discurso de cierre.
En ese equipo no hay coordinación, no hay liderazgo y pareciera que ni siquiera hay interés en apoyar a quien supusieron que sería un fenómeno político.
Está visto que la oposición no podrá dar una batalla digna en este proceso electoral, además de estar moralmente derrotada, está mostrando la podredumbre en que nadaba el país cuando ostentaban los cargos públicos.