Revelaciones
Margarito Escudero Luis
México está viviendo momentos críticos que muchos se empeñan en no ver y otros, a pesar de no ver, se esfuerzan por parecer revolucionarios apoyando movimientos golpistas e intervencionistas.
Si recordáramos un rato parte de la Historia reciente, pondríamos un poco de atención a los acontecimientos y comenzaríamos a preocuparnos.
Los “buenos ciudadanos” recomendados por el policía internacional, son aquellos que se prestan a traiciones y a entregar recursos nacionales a manos extranjeras, como ocurrió el 19 de septiembre de 1973, cuando el ejército chileno actuó contra las instituciones nacionales y contra un gobierno legítimamente establecido, habiendo triunfado avasalladoramente en el proceso electoral con la llamada Unidad Popular.
Primero fue la guerra propagandística, asustando a los ciudadanos con devaluación, pobreza, corrupción, los medios de información de aquel país se encargaron de difundir una serie de mentiras para confundir a la ciudadanía
El ejército, comandado por Augusto Pinochet se entregó abiertamente a los intereses extranjeros sin importarle el destino de sus compatriotas.
Miles de muertos y desaparecidos chilenos durante la terrible dictadura, otros tantos dejaron su país para salvar la vida.
Los empresarios que apoyaron el golpe de estado de Pinochet, creyendo que conservarían sus privilegios, sufrieron igual la brutalidad de los militares chilenos.
Pero, en el extranjero se recibió con plácemes la caída y el asesinato de Salvador Allende, presidente legítimo de Chile en aquel terrible momento, mientras que el pueblo sufría la más atroz de las represiones a manos de sus propios paisanos uniformados.
Bien, pues previo a los acontecimientos ocurridos aquel 19 de septiembre, hubo un trabajo meticuloso realizado por la oposición, financiado por los empresarios más poderosos de Chile y por un gobierno extranjero.
Primero fue la guerra propagandística, asustando a los ciudadanos con devaluación, pobreza, corrupción, los medios de información de aquel país se encargaron de difundir una serie de mentiras para confundir a la ciudadanía.
Los empresarios provocaron una escasez ficticia y por último, los transportistas paralizaron el país; así, el plan desestabilizador creado muy lejos de Chile, derrumbó el intento por democratizar el país a través de la participación ciudadana, de forma pacífica mediante un proceso electoral.
Si alguno de los datos ofrecidos líneas arriba se parece a algún acontecimiento en México, entonces debemos preocuparnos y ocuparnos.
Existen, sin duda, intereses muy poderosos de empresas gigantes que viven de depredar países enteros, y cuando un pueblo decide que los recursos del país son para generar riqueza y bienestar para sus propios ciudadanos, entonces aquellos brincan, se enojan y asesinan.
No les importa la pobreza extrema, procuran mantener en la ignorancia a las personas y gozan mintiendo y confundiendo el raciocinio de las mayorías a través de SUS medios de comunicación.
Por lo pronto, en México ya tenemos identificados a los vende patrias, a aquellos que heredaron la vena traicionera de Miramón y Mejía y corren al extranjero a pedir que manden a su príncipe rubio a gobernar.