Revelaciones
Margarito Escudero Luis
La verdad es que los debates entre candidatos solo han servido como escaparate para aquellos que son poco conocidos o que no tienen oportunidad de trascender en los comicios.
También es verdad que aquellos aspirantes que no la llevan bien con el electorado, muestran su desesperación y cualquier cosa que hayan avanzado, lo pierden o son severamente cuestionados por los ciudadanos.
Solo los interesados en tal o cual candidato o candidata, ven en positivo la participación de su preferido o preferida, echan campanas al vuelo y sienten que el triunfo los acaricia.
Pero la verdad es que de debates no tienen nada, pues los participantes prefieren responder al ataque de su rival antes que a la pregunta que hagan los moderadores.
Los candidatos punteros son los que reciben la mayor parte de la lluvia de mugre que les lanzan sus adversarios, aquellos que llegan sintiéndose libres de pecado, autorizados para lanzar todas las piedras que quieran.
Altura de miras es lo que falta, los proyectos de la oposición brillaron por su ausencia y solo destacaron los posibles yerros de la rival que va muy arriba en las encuestas.
Calidad en la argumentación es un concepto desconocido para algunos debatientes, pues ni calidad ni argumentación, únicamente apodos, mentiras en un afán de que el electorado vea a un monstruo en el que van a hacer ganar.
Ahora que falta casi un mes para que termine la tortura de la campaña y un debate más, los punteros irán a hablar a través de los medios a su alcance con el electorado, a explicar sus propuestas que no pudieron ser puestas en la mesa del debate, ante la constante descalificación de los rivales.
Altura de miras es lo que falta, los proyectos de la oposición brillaron por su ausencia y solo destacaron los posibles yerros de la rival que va muy arriba en las encuestas
Hoy, en un país que ha crecido ante los ojos de un mundo que se convulsiona oyendo retumbar tambores de guerra, cuando la sobajada moneda nacional se ha recuperado sustancialmente y reducido la pobreza en más del cinco por ciento; cuando las obras hablan por sí mismas a pesar de las descalificaciones, los ciudadanos que irán a votar a principios de junio próximo, saben de un proyecto transformador y que hay una candidata ofreciendo continuar ese camino, se asoma una obvia respuesta.
Y en ese escenario, la oposición descarrilada, derrotada y exhibida en sus más aberrantes ambiciones, a través de su falso discurso quiere dar marcha atrás a las acciones que emprendieron en un pasado reciente que no quieren que se mencione.
No hay debate ni siquiera en las mesas de café. Todos montados en la creencia que su preferido ganará la elección, pero no dicen a través de cuál método y eso es lo que deben aclarar.