Revelaciones

Margarito Escudero Luis

Durante la campaña por la presidencia de Vicente Fox, sus publicistas construyeron un personaje que se identificara con la idiosincrasia del pueblo mexicano; un macho, ranchero de bota y sombrero que recreara la imagen del charro recio, héroe y buena onda de las películas mexicanas del siglo pasado.

Sin duda fue un éxito. Fox se caracterizó e hizo un excelente papel como actor candidato, pero…

Como sucede siempre en las actuaciones, por muy verosímiles que sean, no son verdad, se trató de un engaño para mover las sensibles fibras del alma de los ciudadanos.

Lo que ocurrió después todos lo sabemos, Fox sacó al PRI de Los Pinos por la puerta de atrás y volvió a meterlos por la de enfrente.

Cualquier mención que se hubiera hecho del pueblo durante la campaña, quedó en el olvido.

La fórmula Fox fue tan exitosa que quisieron repetirla en este tiempo con una candidata disfrazada de pueblo, pero ya no funcionó.

Engañar a la gente es parte de la tarea de los publicistas, lo han declarado varias veces, eso los  ha llevado a mentir descaradamente.

Tanto que sus propias culpas pretenden endosarlas a sus rivales, tal como lo hace Max Cortázar, un especialista en guerra sucia al servicio de la derecha, apoyado por medios de comunicación y comunicadores de noticias que no tienen ningún empacho en decir mentiras a su auditorio.

Engañar a la gente es parte de la tarea de los publicistas, lo han declarado varias veces

Dijo Max Cortazar en el programa de Ciro Gómez que no se explica, si dicen que van arriba en las encuestas, por qué tanta guerra sucia contra ellos y que han engañado al pueblo con las encuestas, pues según él, la diferencia entre Claudia Sheinbaum y su candidata es de entre seis y ocho puntos.

Con esa declaración, Max Cortázar echa por tierra aquella encuesta de Massive Caller que le deba una gran ventaja a la candidata de la derecha sobre Sheinbaum.

Ellos hacen la maldad y echan la culpa al rival.

La guerra sucia nació históricamente en la derecha, mejorada y reforzada en los tiempos del nazismo y fascismo.

Son herramientas muy útiles para engañar a la gente.

Lo increíble es que el locutor de Radio Fórmula, ya antes había caído en su propia trampa cuando trabajaba en Milenio, ahí publicó una encuesta muy favorable a Peña Nieto, misma que fue desmentida por otra encuesta de Reforma.

Ciro salió a decir “¿Y ahora qué vamos a hacer?”.

Luego salió de Milenio.

Ahora después de la plañidera declaración de Max Cortázar, habló sobre la presunta encuesta que no mostró Cortazar, la dió por buena y pidió ética y decoro para las otras encuestadoras.

¿Qué hará este personaje de la radio cuando la realidad se le estrelle en el rostro?

Lo que es cierto que la encuestitis ya tiene harta a la gente.