Revelaciones
Margarito Escudero Luis
Ya no basta celebrar con mucha pompa el Día Internacional del Medio Ambiente, sembrar un arbolito el cinco de junio, tomarse la selfi y el día seis olvidarlo por completo.
Estamos viviendo momentos difíciles en cuanto al clima se refiere, el futuro nos alcanzó y nos tomó desprevenidos, sin herramientas y sin saber qué hacer ante las frecuentes “olas de calor”, sequías intensas y tormentas devastadoras que estamos padeciendo.
Los árboles y bosques son un elemento fundamental para la regulación del clima y la producción de agua y, por lo menos en esta región, estamos padeciendo temperatura muy alta y escasez de agua.
La civilización se convirtió en el peor enemigo de la naturaleza, ciudadanos civilizados prefieren cortar árboles para dar paso al cemento, a los edificios y a los automóviles. Esa es nuestra comodidad, la vida de confort a la que hemos llegado a costa de nuestra propia existencia.
Tal vez estemos a tiempo para corregir el rumbo, ya hay voces que claman por plantar más árboles y tal vez el primer paso de nuestra salvación sería la reforestación y proteger los mantos acuíferos; es menester garantizarnos nuestra agua, pues sin ella corremos mucho peligro como individuos y como comunidad, desapareceremos de la faz de la tierra dejando la huella de la grandeza científica de lo que alguna vez fue.
Los árboles y bosques son elementos fundamentales para la regulación del clima y la producción de agua
Así que deberíamos proponer la aplicación de grandes programas de reforestación, concientizar a las personas sobre la importancia de la vegetación y el papel que juega en la generación de agua, realizar trabajos comunitarios con especialistas para que las comunidades dediquen esfuerzos a la preservación del entorno natural y dejar de tener devoción por las máquinas, dejar de adorar al cemento y la tala indiscriminada.
En el Día Internacional del Medio Ambiente, reflexionemos sobre nuestro futuro y el papel que hemos desempeñado depredando la generosa naturaleza que nos ha cobijado.