Revelaciones

Margarito Escudero Luis

Hoy, 30 de septiembre de 2024, último día del gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador, podemos decir que el presidente saliente de México inició una nueva era en nuestro país, con un estilo diferente de gobernar, más cercano a la población, cumpliendo muchas de las promesas hechas en campaña y logrando que la ciudadanía recuperara el orgullo de ser mexicano.
López Obrador actuó inteligentemente desde el arranque de su administración, sabiendo que tendría en contra todo el aparato de la derecha opositora, tuvo que crear una forma de comunicarse con la gente sin tener que pasar por la censura que le pondrían los medios de comunicación que siempre se mostraron al servicio de la oligarquía.
Fue congruente con el discurso empleado durante su larga campaña rumbo a la presidencia, la mafia del poder, los fifís y su cruzada contra la corrupción, así como su constante denuncia de los malos manejos de las administraciones pasadas, le logró la confianza de la mayoría de los mexicanos y la repulsa de la minoría que vio afectados sus privilegios.
Durante toda la etapa neo liberal, el pueblo fue olvidado, sometido al empobrecimiento paulatino mientras grandes fortunas se concentraban en la manos de los que hoy se sienten agraviados.

Durante toda la etapa neo liberal, el pueblo fue olvidado, sometido al empobrecimiento paulatino

Andrés Manuel López Obrador se convirtió en un líder fuera de serie, acusado de ser populista, de romper con algunos de los rituales del pasado, de atentar contra las instituciones que soportaron el proceso neo liberal y los ofendidos llevaron su malestar hacia el pueblo en un intento por socavar el poder e imagen del presidente; nunca lo lograron y esa oposición que inventó argumentos periodísticos, terminó creyendo sus propias mentiras.
México recuperó su lugar en el ámbito internacional, visto como el hermano mayor en América Latina, hoy es un referente de bienestar de la población y del buen manejo de la economía.
Desde su conferencia matutina, el presidente se consolidó como un dirigente social con un alto nivel de aceptación y popularidad, al grado de inaugurar un momento que no se vió en ninguno de los gobiernos anteriores que, cuando llegaban a su etapa final, el presidente perdía fuerza y poder.
Hoy vemos a un presidente llegando al último día de su mandato con toda la fuerza de un líder auténtico.

Por STAFF