Revelaciones
Margarito Escudero Luis
Hay personajes indeseables al interior de Morena en todo su espectro político y que nada tienen que ver con la militancia real del partido-movimiento que fue creado gracias a la inconformidad del pueblo mexicano con el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador y la participación de un grupo de ciudadanos calificados como militantes de izquierda.
Y esos personajes indeseables pertenecieron a lo que, en su momento, AMLO llamó “la mafia del poder” de la cual vienen a seguir con sus mismas prácticas al interior de un partido que resultó ser un gran respiro para el pueblo, una gran bocanada de oxígeno, antes de que la sociedad mexicana sucumbiera asfixiada ante el acoso neoliberal.
Lo raro, lo malo, lo extraño, es que personajes muy identificados con la izquierda férrea, como Gerardo Fernández Noroña y otro muy cercano al ex presidente López Obrador, hayan aceptado la llegada de estos individuos a pesar de que no son bien vistos por la militancia, conociéndose a la perfección sus malas mañas y de lo que son capaces con tal de seguir en la ubre presupuestal.
Nombres como el de Javier Corral, Alejandro Murat, Pedro Haces y Ricardo Monreal que mostró dientes y cobre en la pasada elección, son de personas que su corazoncito late del lado derecho, que estuvieron en contra de las luchas de los trabajadores, que han mostrado abiertamente su desprecio hacia el pueblo, lograron colarse a un movimiento cuyo lema principal es: “Por el bien de todos, primero los pobres”.
En Veracruz la cosa es peor y puede ponerse “más pior” si la militancia no se pone abusada y se organiza para defender lo logrado hasta ahora.
El presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, Adán Augusto López, no tiene ningún empacho, ni vergüenza en apapachar a quienes denostaron, insultaron, humillaron a su amigo y paisano Andrés Manuel y continuaron su guerra de porquería con la actual gobernadora de Veracruz.
Parece que la infamia y el cinismo son características esenciales de los políticos, que viven en una constante guerra contra quien se les ponga enfrente y recurren a cualquier método, por cochino que sea, para lograr sus objetivos.
Así el caso de la familia Yunes Márquez, cuyos hijos heredaron la mala entraña del violento y misógino Miguel Ángel Yunes Linares, patriarca del clan, acomodaticio, traidor y desvergonzado.
Así, en aras de conseguir un voto, perdieron la lealtad hacia los distinguidos y distinguidas militantes que sobresalen por su liderazgo real en el pueblo que los eligió.
Y digo que el caso Yunes es especial en Veracruz, porque la gobernadora Rocío Nahle García sufrió una guerra extremadamente sucia por parte de esa familia que hoy goza de la impunidad que le brindan senadores en el regazo de Morena.
Adán Augusto López y demás compinches, en el pecado llevarán la penitencia, porque dejaron de lado la opinión de un pueblo despierto e indignado ante semejante ofensa.