Revelaciones
Margarito Escudero Luis
Poco a poco y a pesar de las lluvias, los municipios veracruzanos que fueron afectados por la creciente de los ríos en el norte de la Entidad, vuelven a la normalidad. Una normalidad no tan normal, las cosas cambiaron de un momento a otro para la mayoría de los habitantes de aquella zona y tienen que vivir con las consecuencias de la contingencia a largo plazo.
El gobierno del Estado y las autoridades Federales no dejaron a su suerte a los ciudadanos afectados; muchos funcionarios prefirieron ponerse a trabajar y olvidarse de los reflectores, pues las acciones hablan más que mil palabras y quienes reciben directamente los resultados de la acción gubernamental, son los mejores testigos de la respuesta que recibieron ante la tragedia.
La desesperación es reacción natural ante una fuerza descomunal a la que no se puede, como individuo, dar respuesta inmediata, la urgencia del auxilio ante las pérdidas era más que evidente.
Tomando en cuenta distancias y procedimientos, la ayuda llegó, tal vez no con la prontitud que cada ciudadano requería en medio de su angustia.
Se trataba de una situación trágica que requería del concurso de todos y de todo lo que estuviera disponible para socorrer a los compatriotas que la padecieron.
La ayuda llegó, tal vez no con la prontitud que cada ciudadano requería en medio de su angustia
Hubo quienes prefirieron la estridencia, aprovechando la vulnerabilidad de las personas para despotricar contra autoridades, contra dependencias que enviaron personal y maquinaria para brindar la ayuda. Y en esa estridencia, las mentiras fueron su principal argumento; estudiantes desaparecidos, negación de ayuda, bloqueo a ciudadanos que llevaban apoyo; en fin, mentiras puras emitidas por aquellos que esperaban recibir un pago electorero.
Así que el trabajo evidente, fehaciente, visible y palpable fue lo que algunos medios de comunicación y políticos adversarios del actual gobierno, quisieron escamotear a la autoridad; ni siquiera adueñarse de ese trabajo, como suelen hacerlo, caravanear con sombrero ajeno, ni eso; sino negarlo, esconderlo entre noticias falaces en un burdo intento por hacer quedar mal a quienes se esforzaron por sacar a aquellos ciudadanos de su tragedia.
Son muchas las lecciones que nos deja esta reacción de la naturaleza, habrá quienes quieran quedarse con las mentiras por el simple motivo electorero; habrá otros que analizarán la circunstancia y emitirán una opinión con más elementos ciertos: Nada es perfecto, todos aprendemos y quien no lo haga, tendrá que repetir la lección.
