Revelaciones

Margarito Escudero Luis

Hace algún tiempo escribí un artículo al que titulé “¿Cómo te imaginas el cambio?”, unos días antes de la elección que llevó a la presidencia de la República a Andrés Manuel López Obrador.
En ese texto reflexionaba sobre las consecuencias que traería el triunfo sobre el entonces Partido Revolucionario Institucional, aquel instituto político acostumbrado a ganar por las malas o por las peores.
Dije en aquella ocasión, que el cambio no sería fácil e incluso mencioné que sería doloroso.
Es evidente que, aquellos personajes beneficiarios y encaramados en la cúpula del poder económico y político, no permitirían que se los arrebataran; y recordé una frase de quien fuera el líder máximo del movimiento sindical charro de aquellos tiempos, Fidel Velázquez: “A balazos lo tomamos y a balazos nos lo han de quitar”.
A siete años del comienzo del cambio, los balazos han estado presentes pese al esfuerzo del gobierno de la Transformación por que se den los cambios en paz.
Es la oposición escondida, manteniendo una guerrilla contra el nuevo régimen, molestando, haciendo ruido, creando una narrativa para enlodar los esfuerzos realizados para devolver el país a los mexicanos.

A siete años del comienzo del cambio, los balazos han estado presentes pese al esfuerzo del gobierno de la Transformación por que se den los cambios en paz

No es fácil cambiar más de 40 años de saqueo provocado por el neoliberalismo, no es fácil arrancar de la memoria ciudadana el constante golpeteo mediático, diciéndonos que “todo estaba bien”, cuando una minoría entregaba los recursos naturales de México al extranjero.
No es fácil toparse de pronto con una oportunidad histórica de desarrollo social, asimilarlo y seguirla.
Ahora, observando la realidad actual, vemos en el camino de la Cuarta Transformación, a quienes perdieron los privilegios que da el poder y a otros que aún no los pierden, pero intentan socavar los esfuerzos desde el seno mismo de la 4T.
Y eso no es lo peor, sino que hay otros que aseguraron traer bien puesta la camiseta transformadora, pero no se activan, están adormecidos, pasmados, esperando quien sabe qué, mientras la presidenta lanza línea todos los días y muy pocos la siguen.
Algo de temor debe generar la presencia de dinosaurios disfrazados de morenistas en puestos de dirección identificados ya como aliados de los rivales de Morena.
Y se preguntan (con justificada razón) ¿Qué hacen esos personajes, emisarios de la mafia del poder, estorbando el camino de la 4T?
La otra interrogante es : ¿Qué debe hacer la militancia convencida y comprometida con la transformación para neutralizar a esos individuos?
Solo la presidenta brilla y pocos, muy pocos, la acompañan en su lucha diaria.

Por STAFF

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