Revelaciones
Margarito Escudero Luis
La conocí en una marcha en defensa de Pemex, sudaba a mares y la piel de su rostro enrojecida por el calor que en esa fecha quemaba.
Por supuesto era un 18 de marzo, una conmemoración de la Expropiación Petrolera, que unos cuantos patriotas recordaban puntualizando el desmantelamiento de la paraestatal que aplicaba el gobierno neoliberal del momento.
En mis andanzas como reportero, la entrevisté varias veces, ya fuera por el tema petrolero o político, como candidata o como la líder que se formaba y reforzaba en cada paso que daba en la calle.
Fue candidata del Partido de la Revolución Democrática (PRD), cuando este partido del Sol Azteca todavía representaba la izquierda mexicana.
Me identifico con ella por estar convencidos de que este país puede cambiar por el bien de todos y seguí su carrera de cerca, observando su ascenso en la vida política.
En las campañas caminaba acompañada de unas cuantas personas, pocas, casi ni ruido hacían en las calles de Coatzacoalcos, visitando casa por casa intentado convencer a los ciudadanos de votar por una opción diferente.
Finalmente llegó el triunfo, cuando el hartazgo social alcanzaba el punto más alto en el ánimo de la gente.
Ya diputada a Federal, fue coordinadora de la primera bancada de Morena en el Congreso, y presidenta de la Comisión de Energía, mostró carácter al enfrentar al entonces Secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, a quien le dijo su precio y lo que vale, exhibiéndolo como el corrupto que es y le dijo en su propia cara: “Si no puede renuncie”.
A los orgullosos y millonarios jeques árabes los tuvo sentados por cinco horas defendiendo la postura de México ante su recurso energético.
Hoy, Rocío Nahle ocupa esa misma Secretaría y ya dio muestra de que está hecha al enfrentar a los amos del petróleo en el mundo, los árabes dueños de la OPEP, los que dictan el destino de las ventas petroleras de todos los países, los que desde siempre han dictado la política petrolera.
A ellos, los orgullosos y millonarios jeques árabes los tuvo sentados por cinco horas defendiendo la postura de México ante su recurso energético.
No aceptó la imposición del poderoso, prefirió lo que viniera antes de arriesgar a nuestro país.
Siempre el poderoso utilizará su fuerza, pero se sorprenden cuando alguien les responde con razones de peso.
Aquella mujer que caminó las calles del puerto de Coatzacoalcos con un pequeño grupo de seguidores, hoy es conocida en el mundo entero por haber enfrentado, sin más armas que el amor por la Patria, al grupo más poderoso del mundo en materia petrolera.
Ahora, cada vez que Rocío Nahle llega a Coatzacoalcos provoca tumultos, cosas de la actitud convenenciera de muchos.
Poderosa mujer que su esfuerzo y constancia la colocaron en un lugar desde donde puede modificar la política energética de México para beneficio de los mexicanos, que esos recursos de este territorio traiga bienestar a quienes lo trabajan y lo habitan y no a unos cuantos.
Mucho nos falta por ver en esta historia que apenas comienza.