Estamos en la temporada de lluvia, pero en esta ocasión bajo la influencia de fenómenos climáticos y atmosféricos que no se habían presenciado antes.
El destino nos alcanzó y, si apenas hace unos cuantos años, veíamos un huracán por vez, ahora hemos visto la formación de estos meteoros uno tras otro y de mayor intensidad.
En las aguas de México, se forman dos ciclones tropicales, debido a la presencia de zonas de baja presión que pueden tener desarrollo ciclónico, una de ellas se combina con un canal de baja presión y las dos se extienden sobre el occidente y suroeste del Golfo de México. La segunda, se mueve sobre el Golfo de Tehuantepec y se combina con un canal de baja presión sobre el sureste del país.
La interacción de dichos sistemas mantendrá el temporal de lluvias muy fuertes a intensas sobre el oriente, sur y sureste de la República Mexicana, incluyendo la Península de Yucatán, con lluvias puntuales torrenciales en zonas de Puebla, Veracruz, Oaxaca y Chiapas; así como un temporal de lluvias fuertes en el noreste y centro del país; dichas lluvias podrían generar el incremento en niveles de ríos y arroyos, deslaves e inundaciones en zonas bajas.
Por el lado del Océano Pacífico hay otros dos canales de baja presión sobre el noroeste, occidente y norte de la República Mexicana, en interacción con una corriente en chorro subtropical, ingreso de humedad del Océano Pacífico y divergencia en la altura que ocasionará lluvias aisladas y chubascos vespertinos sobre el noroeste, norte y occidente del territorio nacional.
En la imagen interpretada por los expertos del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) pueden apreciarse los fenómenos atmosféricos con una detallada explicación.