Revelaciones
Margarito Escudero Luis
Ya quedó muy claro que la educación de los niños le importa un comino al millonario del Ajusco, le duele haber perdido jugosos contratos en la impresión de esos mismos libros.
Si tuviera un poquito de preocupación por el futuro de los niños mexicanos, seguramente buscaría la forma de hacer programas edificantes y transmitirlos en los canales de su televisora.
Pero hay otra preocupación para el ciudadano consumidor de transmisiones televisivas.
La prostitución del periodista se lleva entre las patas al periodismo, cosa que al millonario del Ajusco le vale la mitad de un cacahuate, pues no tuvo el menor asomo de vergüenza al ordenar a su presentador estrella que mintiera descaradamente a su auditorio, ciudadanos mexicanos que consumen su producto chatarra y les garantiza “raiting” que se traduce en ganancias.
Así, el presentador de noticias que se ostenta como periodista, dio una muestra de abyección, no le quedó de otra que prestarse al engaño, fue su rostro que vio la gente, fue su voz escuchada en todo el país, diciendo una barbaridad que ni siquiera se le ocurrió a él.
Aquí es donde los periodistas comienzan a deslindarse y tal vez y solo tal vez, los dueños de los medios comiencen a ver que la verdad no puede ser escondida, pues el reportero que sirve a un poderoso medio está obligado a obedecer al que le paga.
Fue su rostro que vio la gente, fue su voz escuchada en todo el país, diciendo una barbaridad que ni siquiera se le ocurrió a él
Triste papel de aquel presentador que con singular alegría transmitió un mensaje falso.
El virus de la avaricia provocó desvaríos en el patrón y el virus de la estulticia invade el cerebro del presentador.