Revelaciones
Margarito Escudero Luis
Se pasaron de lanza los Yunes en la pasada campaña electoral, sabían que tenían todo en contra para ganar, las posibilidades de triunfo para la oposición eran nulas, sin embargo se lanzaron a fondo para intentar tumbar a la candidata que finalmente les ganó con todo y su guerra sucia.
Confiados en que sus bajezas no tendrían consecuencias y basados en su infinita soberbia, se creyeron inalcanzables por la justicia, retaron al poder sin imaginar lo que pudiera venirles en contra.
Desde siempre y fieles a las enseñanzas del patriarca, golpear es su mejor arma para competir, atacar sin piedad y aprovechar la ventaja que les daba el poder que ya no tienen y la impunidad a la que estaban acostumbrados.
Pero nada es para siempre. La máxima de la política se cumple hoy “los carniceros de hoy serán las reses de mañana” y esta familia está a punto de ser víctima de sus propios abusos.
Lo mismo sucede con quienes encabezaron la campaña sucia en contra de la hoy presidente electa de México, se les investiga por un presunto financiamiento extranjero además de que dijeron al pueblo votante argumentos sin sustento y que no se pueden comprobar.
La autoridad electoral aplicará multas tanto a los partidos de la coalición como a la ex candidata presidencial.
Es importante destacar que los golpes bajos no causaron el efecto que deseaban, al contrario, fue al revés, pues no hubo propuestas ni argumentaciones que ventilaran un futuro prometedor para el país y la gente pudo valorar esa actitud.
La máxima de la política se cumple hoy “los carniceros de hoy serán las reses de mañana” y esta familia está a punto de ser víctima de sus propios abusos
La pregunta es: ¿hasta dónde hay responsabilidad de aquellas instancias y personas que se encargaron de esparcir semejante campaña?, porque los comunicadores que tomaron partido por la derecha no verificaron que los datos emitidos por candidatos y voceros de los partido de la derecha, fueran ciertos, reales, verdaderos, prestándose al juego sucio.
Se dan públicamente cuestionamientos sobre el actuar de esos comunicadores y su nefasta influencia en el periodismo; ya periodistas se atreven a cuestionar periodistas que se olvidaron del oficio para ser propagandistas de un ala política.
Y no se cuestiona la militancia a la que tienen derecho, sino al acto de divulgar información falsa, incluso a sostenerla delante de sus adversarios.
Es bueno que se cuestione e investigue, sentando precedentes para evitar que la guerra sucia se convierta en un arma legal de campañas políticas.