Revelaciones

Margarito Escudero Luis

La libertad de expresión está ahora en un momento de cuestionamiento, debido a que muchas personas creen que pueden hacer cualquier cosa en el nombre de ella.
Por eso la pregunta es ¿Tiene límites la libertad de expresión? Y de la forma en que respondamos a esta inquietante interrogación, estaremos definiendo nuestra postura ante las situaciones que se presentan día a día en diferentes ámbitos de la vida misma.
La libertad de expresión es inherente a todos los individuos, por lo menos en nuestro país.
En los últimos seis años, puedo decir que hubo un abuso constante en el nombre de ese derecho del cual nos colgamos los periodistas y comunicadores, pero personalmente creo que hay una línea que no se debe pasar, porque estaríamos cayendo en el terreno del libertinaje, el abuso y en el ataque a la libertad de los demás.
No soy quien para dar lecciones de ética y moralidad, pero no me gustaría ser exhibido con argumentos falsos, mentiras y cuyo único fin sería dejarme mal ante la sociedad; entonces tendría que defenderme.
Todo el rollo anterior se debe al momentos que está pasando un monero, caricaturista o comunicador como el mismo se hace llamar, de apellido Garci que últimamente ha recurrido a la inteligencia artificial para realizar sus trabajos y que trabaja en el diario El Financiero.

Su mal gusto cayó muy pesado entre las mujeres que le exigieron a la senadora que denunciara al periodista por violencia política en razón de género

A Garci se le ocurrió hacer un montaje con una fotografía del rostro de la senadora Andrea Chávez y el cuerpo semidesnudo de otra mujer; ¿con qué finalidad? ¿Reírnos de su grotesca creación? ¿O pretendía engañar a su público, haciéndole creer que en realidad era el cuerpo de la joven política? ¿O qué?
Porque su mal gusto cayó muy pesado entre las mujeres que le exigieron a la senadora que denunciara al periodista por violencia política en razón de género, un delito tipificado como grave en la Ley Olimpia y, de seguir el proceso, puede parar en la cárcel.
La senadora Andrea Chávez ha salido a dar su versión y a justificar la denuncia presentada ante la Fiscalía, usando sus redes sociales, además de decirlo en varias entrevistas.
Se dice que al señor Garci, en lugar de tratar de aclarar la situación, se dice perseguido político, tanto que hasta asilo solicitó ante el Alto Comisionado de las Naciones Unidas, como una forma desesperada de evadir su responsabilidad; porque si está recurriendo a esa instancia, es porque sabe que cometió el delito.
Entonces mi pregunta sigue en pie: ¿Tiene límites la libertad de expresión?

En información reciente, el caricaturista Antonio Garci afirma que ya ofreció disculpas personalmente a la senadora.

Por STAFF

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