El pueblo lo resume con su sabiduría popular de esta manera: “Cae más pronto un hablador que un cojo”, y en el caso de Paco Ignacio Taibo II, novelista y propuesto para dirigir el Fondo de Cultura Económica, resultó más que cierto. Taibo II, un maestro de la palabra debería entender que las palabras cobran un sentido especial en un determinado contexto.
Paco Ignacio Taibo II fue uno de los miles de encabronados cuando Felipe Calderón le dijo a Adela Micha que él había ganado al “haiga sido como haiga sido”.
Esa frase era como una espina en el orgullo de la izquierda verdadera. Ganar sin importar los métodos; lograr un objetivo sin importar cuántas leyes se hayan pasado por alto; obtener algo sin que importe si se hizo de la manera correcta o no.
Bueno, acaso el “haga sido como haiga sido” no es semejante al “sea como sea, se las metimos doblada”. A Taibo II muchos de sus chairos le celebraron la frase, lo animaron a ser como es, auténtico lépero. Lo respaldaron cuando dijo que se habían ganado el derecho a llamar las cosas por su nombre. “Se las metimos doblada” es también “se las metimos a huevo”; es también “se las metimos, aunque no querían”; es también “se las metimos al haiga sido como haida sido”.
Ya se disculpó Taibo II y seguramente la disculpa será suficiente para que López Obrador, el gran perdonador, lo exonere y le dé el Fondo de Cultura Económica que a estas alturas Taibo ya convirtió en el Fondillo de Cultura Económica.
Armando Ortiz