Margarito Escudero Luis
Por fin, la madeja de la mafia del huachicol comienza a desenredarse. Aunque muchos ciudadanos lo suponían, como un secreto a voces, hoy es ya una certeza de que funcionarios sindicales y de la misma paraestatal, estarían involucrados en el gran robo cometido a Petróleos Mexicanos.
Más de dos mil litros de gasolina al año fueron sustraídos a Pemex desde los tiempos de Felipe Calderón, según se publica en un artículo de la revista Proceso.
En un principio, todos creímos que, como el ejército había afectado las finanzas de los traficantes de droga, estos encontraron en las tuberías de Pemex y en la extorsión y el secuestro, una forma de mantener sus actividades.
Pero, según Proceso, sólo el 20 por ciento del robo de gasolina puede atribuirse a estos delincuentes.
La responsabilidad del robo de combustible del 80 por ciento restante, recae en altos funcionarios de la paraestatal y dirigentes del sindicato petrolero.
El peso del nuevo gobierno comienza a caer en uno de los rubros más corruptos donde Carlos Romero Deschamps y sus secuaces tienen mucho que ver y tendrán que responder ante la justicia.
Los secretarios generales, “hombres fuertes” y caciques en las zonas petroleras, mucho tienen que explicar a las autoridades, las que deberán aplicar la ley.
Ante estos señalamientos, difícilmente los actuales dirigentes del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), podrán sostenerse en sus cargos.
Algunos podrán esconderse tras su jubilación, o huir, pero siempre tendrán cuentas pendientes con la justicia.
Sin representatividad
El tiempo de los caciques sindicales terminó el último minuto del año 2018, hoy carecen de representatividad ante la empresa y ante los agremiados, nada pueden hacer, nada pueden mover y, si funcionarios de Pemex hacen tratos con ellos, pudieran estar cometiendo un delito.
Los vientos del cambio soplan con más fuerza en el ámbito petrolero, ojalá los trabajadores reconozcan el momento de aquellos luchadores que no se “rajaron” y a los que dejaron solos por miedo a la pandilla de Romero Deschamps.
Si las autoridades deciden escarbar más a fondo, podrán descubrir que no solamente de huachicol vivieron esos delincuentes.
Sin duda Pemex volverá a ser el orgullo de los mexicanos y como buen deseo de años nuevo, que los petroleros dejen su apatía de lado y sepan ser solidarios con las causas patrióticas.
¡FELIZ AÑOS 2019!