Margarito Escudero Luis

Las actitudes asumidas por el dirigente del Sindicato Único de Empleados Municipales (SUEM), rayan más en la delincuencia que en la defensa de los derechos de sus agremiados.

Ya circula en redes un audio donde Gersaín Hidalgo Cruz ordena a sus cercanos colaboradores para que lleven la instrucción de prácticamente secuestrar unidades del ayuntamiento, moverlas para que personal de confianza pueda sacarlas del lugar y darle el usooficial que se requiere.

Incitación a la violencia, secuestro de unidades oficiales, secuestro de edificios oficiales, promoción de un paro sin sustento legal que, además de comprometer al dirigente, también embarra a todos quienes lo siguen, pues se comportan como delincuentes acatando órdenes de un jefe que los lleva al despeñadero.

Es entendible que los trabajadores busquen proteger su chamba, pero en este caso, están cometiendo actos ilegales que pudieran ocasionarles problemas serios con la justicia.

Gersaín Hidalgo y su pandilla representan un remanente del pasado, una posición activa del régimen anterior que busca permanecer a toda costa causando conflictos con la finalidad de desacreditar al nuevo gobierno, que con sus fallas y errores, representan el cambio que la sociedad pedía a gritos.

La directiva del SUEM no responde a los intereses de los trabajadores, sino a intereses del régimen anterior, que aprovechando la libertad que defiende el presidente de la República, buscan desquiciar la buena marcha del gobierno, entorpecer los procedimientos y llevar al caos a la sociedad, sin importar que tan grande pueda ser el daño que eso provoque.

Estos remanentes del pasado están en todos los rincones del país, funcionan de la misma manera, atacando, ensuciando, lanzando mentiras, notas falsas, acusaciones sin sentido, cortinas de humo, todo con la finalidad de dejar mal parado al nuevo gobierno ante los electores.

En el gremio de los empleados municipales ya hay voces inconformes, son personas que lo único que piden es que los dejen trabajar y devengar honestamente sus salarios, hay otros que “ya están hasta la madre” del dirigente, dicen que los está utilizando para beneficiar a un grupo político, los acarrean, los maltrata, se comporta déspota ante con sus agremiados, mientras es sumiso y obediente con los patrones que viven escondidos.

Si el problema que hoy se enfrenta en Coatzacoalcos se resuelve con pactos, con acuerdos en lo oscurito, sin consecuencias jurídicas para los responsables, entonces la credibilidad de quienes se ostentan como un nuevo gobierno, se desplomará, porque el pueblo,el que paga impuestos, vota y soporta todas estas atrocidades, retirará la confianza que le depositó en las urnas.

Debemos entender que el conflicto es una consecuencia del cambio, los protagonistas del sainete ya tenían planes, ya se les habían ofrecido posiciones en el gobierno azul, en caso de que hubieran triunfado, pero eso no sucedió, la gente decidió arriesgarse por otro rumbo y ahora espera que la autoridad haga valer la ley y aplique todo su peso a quienes secuestraron la ciudad, bloquearon vías de comunicación, incitaron a la violencia y dejaron a miles de ciudadanos sin poder realizar sus actividades cotidianas.

Gersaín y su pandilla saben que sus actos estuvieron fuera de la ley, actuaron por “huevos” como dice el mismo dirigente, pasándose los procedimientos legales por el arco del triunfo y ahora, cobarde como es, prefirió dejar solos a sus trabajadores, mientras él buscaba su amparo federal para evitar la acción de la justicia.

Hay una serie de documentos que colocan a Gersaín Hidalgo como un reo, la malversación de los fondos sindicales es pecata minuta ante el tamaño de las demás trapacerías.

Uno de sus mejores amigos y compinche sindical le advertía a tiempo que ya le parara, que debía entregar cuentas porque se los podía llevar la chingada.

Ese gran amigo que le habló con la verdad, hoy está muerto, recibió vario balazos luego de un juego de futbol. ¡Qué tragedia!

 

Por STAFF