Margarito Escudero Luis
La extrema derecha a todo le pone precio, todo se puede comprar o vender y aquello que no caiga en sus conceptualizaciones, debe ser desechado, eliminado.
Cuando no consiguen algo por la vía del trueque, comercio o como lo llamen, entonces roban, arrebatan, matan.
Son expertos en crear caos en las zonas donde hay riqueza que no es de ellos, compran conciencias, las amoldan a sus caprichos y forman traidores.
Lo que sucede en la Amazonia es un claro ejemplo de lo anterior, Jaír Bolsonaro, actual presidente de Brasil, ha dado una lección de estupidez al declarar que los indios son un estorbo para el desarrollo de la Amazonia.
No le importa que esos indios sean los habitantes ancestrales de la zona.
No le importa al racista Bolsonaro que la Amazonia sea un importante pulmón para el mundo entero.
Jaír Bolsonaro debe ser extraterrestre junto con sus congéneres de la ultra derecha, y no han de respirar el oxígeno que respiramos los habitantes de este mundo, pues en todas partes del planeta, la ultraderecha se caracteriza por destruir todo lo que no les deje ganancias.
Ya padecemos los terrícolas severas consecuencias del cambio climático, la Tierra languidece lentamente, los desastres naturales aumentan y aún así, los grandes empresarios que integran el gran poder capitalista, no se tientan el corazón para continuar con su tarea depredadora, buscando el “plus” a cada producto que la tierra nos regala.
La tragedia de La Amazonia es la gota que derramó el vaso, pues esa depredación e indolencia humana, se ve en todas partes, en todos los continentes, en cada rincón de nuestro planeta.
Hoy nos ahogamos en nuestros propios desperdicios, nos mata la contaminación, nos invade el plástico, nos quedamos sin agua limpia, nos sofoca el calor, la sombra que brindaban los árboles cada vez en menos.
Los capitalistas de la ultra, racistas y despreciativos de aquellos que no son como ellos, en algún momento deberán dejar sus paraísos, sus lujosas oficinas y podrán comprobar que todo el dinero que han acumulado, no les servirá para respirar, beber un poco de agua limpia, a menos que ya se preparen para regresar a su planeta de origen, allá donde el dinero se come.