Roberto PÉREZ LÓPEZ

Pese a los malos augurios del PAN, PRI, su rémora del PRD, y la propia mafia del poder económico, los niveles de aceptación del presidente de todos los mexicanos, Andrés Manuel López Obrador siguen a la alza, muy a pesar de que aún falta mucho por resolver, principalmente por el cáncer social de la inseguridad, propiciada por el anterior régimen.

La gran mayoría de los mexicanos que decidió votar por el cambio verdadero siguen con ese mismo ánimo, observan la lucha tenaz que día a día realiza, desde la conferencia mañanera para fijar su posición y defenderla ante los constantes embates de la férrea oposición, no detiene su caminar en el país, cercano al pueblo y atento a sus peticiones.

Nadie en la historia reciente del arcaico presidencialismo del sistema político del PRI y PAN se ha conducido ante el pueblo como el presidente de todos los mexicanos, Andrés Manuel López Obrador, de calidad moral insuperable, de arraigada convicción, de firmeza ideológica, de congruencia política y social.

Todos saben que en cada inicio de sexenio el primer año de gobierno la situación siempre se torna adverso y complicado, más aún porque hubo un cambio de régimen político, nada que ver con la tersa y simulada supuesta transición a la democracia del PRI al PAN con Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa, fue más de lo mismo.
En este primer año de gobierno, del reacomodo, de limpiar la casa, de impregnar un nuevo estilo de gobernar y hacer política, lleva su tiempo, incluso hasta de la aplicación de los programas sociales, principalmente del apoyo económico a las personas de la tercera edad, cuyo padrón que dejaron no resulta nada, absolutamente nada confiable.

Los grandes males sociales que dejó enquistado en el país el PAN, PRI y la mafia del poder económico no se arreglan de la noche a la mañana, ni de un borrón o plumazo, la corrupción y la inseguridad van de la mano, desde el poder judicial, donde existe la impartición de justicia al mejor postor, ahí tienen a los magistrados, un botón de muestra.

Este primer año del presidente de todos los mexicanos, Andrés Manuel López Obrador, se están sentado las bases de la Cuarta Transformación para el desarrollo económico del país, los proyectos del sexenio van caminando, la refinería de Dos Bocas, en Paraíso, Tabasco, en la mano confiable, firme y tenaz de Rocío Nahle, Secretaria de Energía.

El otro añorado proyecto del Corredor Transistmico para el manejo de carga entre el puerto de Salina Cruz –Oaxaca- y Coatzacoalcos –Veracruz-, significa una palanca de desarrollo económico y portuario, con el consabido beneficio social en la generación de empleo, principalmente.

Para el sureste mexicano viene el Tren Maya, un proyecto turístico de gran alcance comercial, cultural y étnico. Tres grandes planes de desarrollo que en el 2020 tendrán un impacto positivo en el ánimo de millones de mexicanos, esos que aún conservan viva la llama de la Esperanza para forjar un país pujante en favor de las nuevas generaciones.
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Por STAFF