Genaro García Luna y  Felipe Calderón  FOTO: Miguel Dimayuga

 

Margarito Escudero Luis Se abre una cloaca más en este país, anunciada desde sus mismos orígenes, la porquería del régimen neoliberal comienza a salir a flote y a entender los duros ataques de aquellos que aseguraban un peligro para México.
Primero cayeron los pequeños peones, aquellos que cantaban loas a un sistema que empobrecía a las mayorías, justificándose en que nuestra Patria era un pueblo de jodidos y había que entretenerlos.
Con la caída de Genaro Garcia Luna el hueco de porquería se hace más grande, se muestran cada vez con más claridad los rostros de una pandilla que aprovecharon sus privilegiadas posiciones para negociar y lograr grandes ganancias ilegales.
La élite del poder panista en entredicho, una vez más, aquellos que ofrecieron la salvación de la Patria muestran el verdadero rostro y se entienden los motivos de su guerra contra Andrés Manuel López Obrador.
El peligro siempre fueron ellos, vivimos con el enemigo al lado, reprimidos, con leyes en contra del pueblo, sin posibilidad de defenderse de la delincuencia. Ahora puede entenderse porqué las policías nunca atendían un llamado de auxilio, entendemos por qué siempre llegan a tiempo a salvar a un delincuente, comprendemos ya el auge de la industria del secuestro y la extorsión.

Genaro García Luna es la punta de una madeja larguísima, que enrolla a ex presidentes y grandes funcionarios enriquecidos por dar sombra a la delincuencia perfectamente organizada. Por lo pronto, los mexicanos ya vimos que sí se puede, pero es necesario no tener cómplices, ni nada de relación con el régimen anterior.
Lo que estamos atestiguando es una historia conocida, contada por personajes que se arriesgaron, pero con la mayoría oficial en apoyo al régimen que se desmorona, con autoridades coludidos, jueces corruptos y todo un sistema entregado al saqueo, la extorsión y el tráfico de todo, aquellas voces se perdían en las burlas y descalificaciones oficiales.
Hoy, descobijados, los mexicanos esperamos que no sea traicionada la confianza, que las reses de hoy no sean aquellos carniceros del pasado, que sea justicia llana y que el país comience a funcionar para todos los mexicanos.

 

 

Por STAFF