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Margarito Escudero Luis

Retomando el tema del colega José Luis Ortega Vidal, que publicó recientemente en su columna Claroscuros, sobre un periodismo amenazado, agobiado por la crisis de medios, quisiera agregar que posiblemente todo sea parte de un todo, una crisis completa, compuesta por los factores que menciona en su artículo.


Sin duda hay intereses fuertes para evitar que se ejerza un periodismo crítico, que señale las aristas de un poder que lastima a la gente, que destaque los logros de un gobierno exitoso y que denuncie sin menoscabo de su libertad.

Pero, el periodista que se atreve a señalar efectos de la corrupción que impera, no sólo en el gobierno, sino en los poderosos sectores sociales, o no tan poderosos, es ahora sujeto de amenazas de muerte, obligándolos a retirar su trabajo del sitio público donde la gente puede enterarse.

La crisis que atraviesa el periodismo, tiene que ver también con la zona de confort donde muchos colegas se han apoltronado, ante la seguridad del empleo, sin importar que la profesión, oficio o quehacer que le da el sustento, cae en una situación difícil que pudiera hacerle peligrar su modus vivendi.

El gran reto que enfrenta el periodismo y los periodistas es la unidad entre el gremio, algo que es prácticamente imposible lograrlo, dados precisamente, los múltiples intereses que nos mueven.
Ante la dejadez de los reporteros, con que se realiza el trabajo actualmente, puede sufrir un desplazamiento permitiendo la entrada de otros personajes a cubrir el hueco que se está formando.

Entonces, la crisis que enfrenta el periodismo en la actualidad, tiene que ver con la renovación antes de la actualización tecnológica, replantear el objetivo del oficio y la responsabilidad de quien lo ejerce, revisar los planteamientos éticos que le dieron origen y asumir el reto para demostrar a quienes gobiernan y ostentan el poder que el periodismo es un ente necesario en la sociedad para filtrar la opacidad, la inacción, mostrar la corrupción y subir a la palestra los hechos que mueven, cimbran, afectan, dañan, conmocionan y alegran a la sociedad.

El periodismo no está en peligro de muerte, atraviesa un momento difícil, como difícil es el momento histórico que vive la sociedad en la actualidad.

Por STAFF