Revelaciones
Margarito Escudero Luis
En algunos sectores de nuestra sociedad, pareciera que los únicos responsables para enfrentar la crisis de salud que padecemos, son el gobierno, los médicos, las enfermeras y el personal de salud.
Porque a muchas personas les vale lo que está sucediendo, muestran su ignorancia sin vergüenza y arriesgan al resto de su familia, vecinos y demás ciudadanos, a contraer una enfermedad que nadie pidió.
Sin duda, hay vecinos que no les queda de otra que salir a trabajar, además del sector salud, aquellos que viven al día, que algo venden en la calle para subsistir; ellos (por lo menos los que me ha tocado ver) toman sus precauciones, mantienen la distancia, se encomiendan a Dios y están dispuestos a aceptar lo que les venga.
Pero hay otros indolentes e irresponsables que no les importa lo que suceda, no le dan importancia al virus que ya mató a más de 50 mil personas en todo el mundo y suponen que a ellos no les tocará, que es una enfermedad como cualquier otra.
Esa actitud asumieron jóvenes españoles y al día de hoy lloran a 10 mil 935 fallecidos. Dicen que si hubieran acatado las instrucciones sanitarias y guardado cuarentena, España no estuviera lamentando esta desgracia.
De este lado del planeta, la arrogante ciudad de Nueva York, en algún momento llamada “la capital del mundo”, sufre el embate del coronavirus, que ya infectó a más de 200 mil ciudadanos y cuentan hasta 6 mil fallecidos, mientras las funerarias declaran no darse abasto.
Tal vez, la parte más dramática de esta historia la estén viviendo en Ecuador, específicamente en su capital Guayaquil, desde donde han salido crudas imágenes que muestran como la gente no sabe qué hacer con sus muertos, personas que caen en la calle, familias que tienen que incinerar a sus familiares porque no hay un apoyo gubernamental, no se ve una estrategia del gobierno para contener la terrible crisis.
Todo a pesar que el gobierno hizo anuncios al comienzo de la pandemia en América, cerraron sus fronteras y ni así lograron evitar el desplome de su sistema de salud.
La arrogante ciudad de Nueva York, en algún momento llamada “la capital del mundo”, sufre el embate del coronavirus, que ya infectó a más de 200 mil ciudadanos y cuentan hasta 6 mil fallecidos
En México, las medidas tomadas por las autoridades de salud están funcionando, la curva de contagiados y fallecidos no alcanza cifras alarmantes, ni hemos vivido escenas tan crueles como en Ecuador.
Sin embargo, la actitud de muchos ciudadanos puede llevar a que la crisis se agudice y nos lleve al extremo ante la rápida transmisión del virus.
Tal vez las autoridades deban tomar medidas más estrictas para mantener a esas personas en encierro, ya que los llamados a la cordura, a la buena voluntad, a la conciencia y a la libertad, no fueron escuchados por todos.
En México se sigue esperando la solidaridad de todos, tal como ha sido demostrado en situaciones verdaderamente difíciles, cuando el pueblo mexicano se muestra solidario y estoico; en los terremotos los mexicanos sacamos la casta, pero el virus no se ve, lo que es aprovechado por aquellos que quieren vernos fracasar como nación, los que esperan contar muertos por miles para justificar su odio.
Hasta la noche del jueves, en México sumaban 37 defunciones, lamentables. Esperemos que esa cifra no se haga voluminosa y no haya más luto entre las familias mexicanas.