Margarito Escudero Luis
Es notorio que Carlos Romero Deschamps se encuentra en un estado de desesperación, pues sus actos muestran que no encuentra el rumbo o que está actuando tarde.
Unos meses antes, siguiendo con sus prácticas corruptas, intentó, junto con todos los secretarios generales del sindicato petrolero, “chamaquear” a los dirigentes de la oposición con unas alecciones amañadas y así poder seguir al frente de la organización sindical, pero le salió el tiro por la culata, pues ante los vientos de cambios, la oposición se envalentonó y recurrió a los tribunales para evitar el fraude.
Ante esa impugnación, la Secretaría del Trabajo no reconoció validez a las elecciones, por lo tanto no reconoce autoridad alguna a la pandilla de Romero Deschamps.
No hay toma de nota, aunque Carlos Romero quiso dar un albazo, engañando a la opinión pública, pero ya nada le funcionó.
Por lo tanto, no hay representación de los trabajadores ante la empresa, quienes se ostenten como representantes sindicales, estarían cometiendo en un delito al usurpar funciones.
El gobierno de la Nación arrancó el combate contra el robo de combustibles, delito en el que se encuentran inmiscuidos tanto funcionarios sindicales, de Pemex y trabajadores, y en un afán por quedar bien con el nuevo gobierno de México, mandó a sus cómplices a llamar a asamblea, donde se dio a conocer un mensaje de Romero Deschamps, ostentándose todavía como dirigente del sindicato petrolero, en el que brindaba el apoyo del sindicato y de los trabajadores, al presidente Andrés Manuel López Obrador, en su lucha contra el robo de combustible.
Días después, el diario Reforma publicó que Romero Deschamps había solicitado un amparo contra cualquier intento de detención.
Quedaría demostrado que el reinado de Romero Deschamps y todos sus secretarios generales ha terminado.
Ahora falta ver como se organiza la oposición para tomar el control del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) sin que haya una rebatinga por el poder sindical, ya que se ha visto que muchos ex funcionarios que cayeron de la gracia de los jefes, se han colado en las filas de los grupos opositores.
Una nueva oportunidad se presenta para los trabajadores petroleros, pero han dejado pasar tantas por miedo a quien sabe qué, pues ellos son la base principal de los dirigentes a quienes les permiten convertirse en reyezuelos a cambio de nada, pues sus derechos están consagrados en las leyes laborales.
A ver si no les pasa lo mismo que al Cruz Azul.