
El mismo método empleado por aquella izquierda perseguida y ninguneada, es ahora utilizado por la derecha que está siendo evidenciada por su corrupción.
La diferencia es que, durante las manifestaciones de izquierda, la organización se fue puliendo para evitar infiltrados y provocadores, la experiencia del fatídico Dos de Octubre del ‘68 fue determinante para buscar mejores y más efectivas formas para organizar los eventos callejeros.
Hoy, a pesar de que los organizadores son parte de la gente adinerada del país y que fomentan la ideología derechista desde universidades fifís, no conocen ni entienden que llegar a boicotear un evento que lleva fines determinados, además de ser ruín es estúpido, pues nadie se traga su versión chafa de protesta.
Tal vez lo sepan, pues mientras el hecho es digerido por la sociedad, el impacto mediático es duro, más aún, porque es evidente que los medios de comunicación son avisados con tiempo sobre lo que sucederá en tal o cual mazar ha.
Si usted, amable lector, revisa los videos y las fotografías que se publican sobre la marcha a favor del aborto, realizada este sábado 28 de septiembre pasado, podrá observar cómo hay una nube de fotógrafos registrando específicamente el vandalismo.
Y esa fue la nota, vándalos incendiando puertas y pintarrajeando paredes y monumentos, endosándoles la culpa a las verdaderas marchistas.
A pesar de que los organizadores son parte de la gente adinerada del país y que fomentan la ideología derechista desde universidades fifís, no conocen ni entienden que llegar a boicotear un evento que lleva fines determinados, además de ser ruín es estúpido, pues nadie se traga su versión chafa de protesta.
Si bien el impacto mediático es fuerte, también hay que decir que es momentáneo, pues horas después, la verdad aparece y los patrocinadores del vandalismo quedan en evidencia y en ridículo.
Pero, si ya se sabe de donde vienen esos ataques, ¿por qué no se finca responsabilidad por los daños causados? Hay establecimientos comerciales que sufrieron serios daños; entonces, el peso de la ley debería hacerse patente. De otra forma, seguirán haciendo desmanes con la idea de que están debilitando al presidente.
La impunidad ya no existe. ¡Bueno! Habrá que ver si estos vándalos fifís son llamados a rendir cuentas.
Los esfuerzos por desestabilizar al gobierno que pretende impulsar un nuevo régimen, son tan burdos que se caen por su propio e inútil peso.